Está claro: nuestra vagina se ha convertido en el objetivo de multitud de empresas que pretenden seducirnos con una estrategia letal. Primero nos inoculan el virus de la inseguridad y nos hacen creer que nuestras partes íntimas no se amoldan al modelo único de belleza. Luego, nos venden el producto o el servicio que nos va a aliviar la ansiedad que nos han provocado. Son genios, pero nosotras somos más listas.
Por descontado, doctores y sexólogos se han apresurado a recomendar que no se use este tipo de productos, ya que pueden ser muy agresivos con la flora vaginal y contribuir a la aparición de todo tipo de infecciones. La vagina es una zona del cuerpo delicada, pero equipada para autolimpiarse y perfectamente sana y perfecta tal y como ha sido creada por la naturaleza. No necesitamos reequilibrar ningún PH con jabones especiales ni que brille ni que huela a ambientador. Está perfecta tal y como está. Que no te vendan nada.