Tengo una buena vida sexual y estoy de novia con un tipo increíble. El problema es que, después de dos años juntos, me está pidiendo que exploremos el sexo anal. A mí me da miedo, pero él dice que para mantener la chispa hay que experimentar. No sé cómo manejar la situación y, por eso, quisiera saber su opinión.
Las estadísticas muestran que el sexo anal, considerado un tema tabú en el pasado, se ha convertido en una alternativa cada vez más común en los últimos años. Una encuesta publicada en el Journal of Sexual Medicine reveló que en 1992 solo el 16% de las mujeres estadounidenses entre los 20 y los 24 años había tenido sexo anal. La cifra, sin embargo, fue creciendo gradualmente, y en 2010 alcanzó el 46%.
Debby Herbenick, sexóloga del Instituto Kinsey para la Investigación del Sexo, Género y Reproducción, cree que el cambio de mentalidad se debe a que muchas mujeres se han dado cuenta que este tipo de penetración puede llegar a ser tan placentera como la vaginal.
Herbenick asegura que, según su experiencia profesional, el 94% de las mujeres alcanzan el orgasmo por esa vía, mientras que a la hora de practicar sexo de manera tradicional, la cifra es de 81%.
Lo importante, si está dispuesta a ensayar, es tener consideraciones de salud e higiene. Para esto es clave el uso de lubricantes –ojalá a base de agua– y condones.
Comience progresivamente y no tenga inhibiciones en expresar cualquier malestar. Piense que, en últimas, la meta es el placer.