A un año de la desaparición física del maestro Oswaldo Vigas son varias las actividades que adelanta la fundación que lleva su nombre, en aras de promover su invaluable legado. Comandada por Janine, su esposa, y Lorenzo, su hijo, desde su creación esta institución se dio a la tarea difundir la vida y obra de un artista que se mantuvo en una permanente búsqueda y experimentación de lenguajes y recursos plásticos; que fue capaz de evolucionar y plantear un nuevo lenguaje pictórico, convirtiéndose en un referente del arte venezolano y latinoamericano en el mundo.
“Oswaldo Vigas 1943-2013”, muestra compuesta por 70 pinturas y 6 esculturas que, bajo la curaduría de Bélgica Rodríguez representa una importante selección del trabajo del Maestro desde sus inicios hasta el 2013, recorre el continente desde el año pasado. La exposición arrancó en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima, hasta marzo se exhibió en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, para continuar su periplo en los espacios del Museo de Arte Moderno de la capital colombiana. De allí partirá a Sao Paulo, Río de Janeiro, Ciudad de Panamá, México DF y algunas ciudades de Estados Unidos.
Hasta el pasado 6 de marzo el salón expositor Ascaso, en Wynwood, Miami, acogió una extraordinaria exhibición de cuadros titulada “Vigas Informalista, París 1959-1964”, que recoge la obra desarrollada por el pintor durante esos años en la capital francesa. Un testimonio visual, acompañado por textos de especialistas de gran renombre como el estadounidense Marek Bartelik y Álvaro Medina de Colombia y la brasilera Lisbeth Rebollo será condensado en un libro de quinientas páginas que promete ser una radiografía exhaustiva del quehacer del extraordinario artista. Lorenzo Vigas, realizó un largometraje basado en la vida de su padre; la historia parte de una pieza desaparecida que pintó el Maestro cuando era penas un adolescente. Por su parte el periodista y escritor venezolano José Pulido, quien se ocupó de recopilar parte de la vida del también médico y muralista, prepara otro libro cuyas páginas serán una remembranza al ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas.
“Moriré con un pincel en la mano”, dijo en una oportunidad Oswaldo Vigas y así fue. Hasta el último de sus días el Maestro pintó con el mismo ímpetu de siempre, ese que descubrió sin querer cuando apenas era un adolescente y lo llevó a ganarse el Premio a la Mejor Ilustración en 1942, por un poemario acompañado por dibujos que luego expondría en el Ateneo de Valencia, su ciudad natal, con tan solo 16 años. Desde entonces su lenguaje fue el mismo: “El estilo Vigas lo descubres viendo mis obras, todos mis cuadros se parecen y todos son distintos”, acotaría meses antes de su partida.
Considerado uno de los artistas plásticos venezolanos más reconocidos del país y en el extranjero; fue pionero del arte latinoamericano junto a artistas como Szyszlo, Lam, Matta, Tamayo o Guayasamín. Su obra, realizada entre Francia y Venezuela, es una síntesis original entre las raíces culturales de Latinoamérica y las actuales corrientes plásticas de la modernidad. Ello se expresa mediante imágenes de carácter cosmogónico que remiten tanto a la naturaleza (elementos minerales, vegetales y animales) como a la figura femenina, que vincula míticamente a la tierra y al origen de la vida.
Su extensa carrera le permitió abarcar la pintura, la escultura, el grabado, la cerámica, el muralismo y la tapicería; sus obras se exhibieron en más de cien exposiciones individuales y otras muchas representaciones en numerosas colectivas, bienales y salones de renombre internacional. Durante su trayectoria fue merecedor, entre muchas reconocimientos, del Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela, el Premio de la Gulf Caribbean Art Exhibition del Museo de Houston, Texas, y del Gran Premio de Arte Contemporáneo S.A.S. Prince Rainier III de Mónaco. En 1993 recibe la Médaille Vermeil de la Ville de Paris. En 2008 es nombrado Artista Consagrado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), y Francia lo hace merecedor de la máxima distinción de Commandeur de l’Ordre des Arts et des Lettres. Desde el año 2012 es Miembro de Mérito de la Fundación Carlos III de España.
NOTA DE PRENSA