Nicolás Maduro ahora comparte su administración con el general Vladimir Padrino porque busca apoyo en las fuerzas armadas dado que el 80% del país lo rechaza. El problema para las fuerzas armadas y su líder Padrino es que Maduro los está haciendo corresponsables de su insensatez al insistir en que hay que profundizar el modelo socialista para salir del atolladero económico que existe en Venezuela, siendo que lo único que se profundiza con el sistema socialista es la ruina del país.
Vladimir Gessen / EDC / INFORME21
El desastre no solo es económico, es una grave situación sistémica social, política, cultural, militar y no saldremos de este fracaso mientras se pretenda construir el socialismo. Este experimento transformó a Venezuela en un país endeudado in extremis, una corrupción galopante, con una escasez de alimentos, bienes y servicios similar a Cuba y Corea del Norte, una rebaja sustancial en las garantías ciudadanas, pérdida de los grados de libertad y violación de los derechos humanos. Aumento sin precedentes de la violencia y de la criminalidad. Ni siquiera la riqueza petrolera ha podido paliar los males que conlleva el estado socialista comunista.
Lo que no entiende Maduro –y parece que Padrino- es que el socialismo del siglo 21 fue una quimera que inventaron Heinz Dieterich y Hugo Chávez para tratar de revivir la fantasía marxista del comunismo y que el sueño terminó. El problema venezolano es inherente al socialismo.
El Mercado negro
Cuando los comunistas quieren liquidar el libre mercado para que el Estado sea el proveedor de todos los ciudadanos lo que hacen es crear otro mercado, pero no libre, sino un mercado de prebendas, de corruptelas, de privilegios, un verdadero mercado capitalista salvaje que se conoce como Mercado Negro.
Este mercado negro lo crea el propio sistema socialista o comunista. Al destruir el mercado natural de una sociedad libre, los bienes y servicios los compra y distribuye el gobierno, es allí donde surge el mercado negro y se profundiza, a niveles nunca visto, la corrupción de la sociedad.
Quienes compran, lo hacen a vendedores que paguen la mejor comisión bajo la mesa, luego en lugar de venderlos a los ciudadanos a los precios que fija el gobierno, lo hacen a precios muy superiores a quien mejor pague. El mercado negro lo crean los funcionarios y guardianes del propio Estado. Así es en Cuba, en Corea del Norte, así fue en la Unión Soviética y en la China de Mao.
Los culpables según Maduro
Hoy Maduro y antes Chávez denunciaban una guerra económica de alguien que la causaba que nunca identificaron. Lo cierto es que de existir esa guerra económica, pareciera obvio que el gobierno la perdió y deberían rendirse.
También culpan a una supuesta oligarquía sin percatarse que la actual oligarquía, más bien “superoligarquía” es la creada por el chavismo. Los únicos beneficiados de esta ficción socialista en Venezuela han sido los corruptos que se han embolsillado ¡300 mil millones de dólares! y los hermanos Castro que se llevaron en 15 años por lo menos ¡75 mil millones de dólares de Venezuela!, entregados a razón de alrededor de 5 mil millones de dólares cada año, y los venezolanos están pagando las consecuencias.
El propio presidente Maduro puede ver quiénes son los nuevos oligarcas escuchando y pidiéndole la lista al ex ministro de planificación Jorge Giordani de los empresarios de maletín, y de los funcionarios que según el propio ministro se hicieron de más de ¡25 mil millones de dólares!, en un solo año, robados directamente al Estado.
Estamos hablando de un gobierno que ha administrado más dólares que la suma total del dinero que administraron los gobiernos en toda la historia de Venezuela. No existe en el país ningún grupo empresarial que detente tanto dinero. Ni siquiera remotamente el Grupo Polar. Por lo que Maduro debería estar claro que si habla de oligarquía tiene que buscarla en su entorno, no entre los verdaderos grupos empresariales del país.
La oligarquía de este mercado negro que existe en Venezuela es sin lugar a dudas creada por el socialismo del siglo 21.
El comunismo del siglo 21
Maduro es un militante marxista comunista que al igual que Marx sueña con un estado de justicia e igualdad social que aspiran los camaradas. Cuando el comunismo fracasó en la Unión Soviética y China. Cuando se derrumbó el Muro de Berlín y se dio por concluido el comunismo en el Mundo, muchos marxistas se sintieron profundamente frustrados. Algunos teóricos como Heinz Dieterich o Ignacio Ramonet comenzaron a suponer que el socialismo era posible si no se cometían los errores de los soviéticos, de los maoístas o de los cubanos castristas. Hablaron de un socialismo en libertad, entre otras cosas.
Al momento que un hombre lleno de buenas intenciones pero siendo un ignorante como Chávez toma el poder, ellos junto a otros factores marxistas del Mundo que estaban desesperados, como los hermanos Castro, se acercaron al comandante y lo convencieron de la posibilidad de ser el padre de esa extraña criatura que llamaron el socialismo del futuro, del siglo 21.
Chávez lo intentó sin comprender que el problema no es cómo se haga el socialismo o quien lo haga, o si es una dictadura o una democracia en apariencia. Chávez nunca entendió que el problema es que el socialismo destruye el mercado libre y lo sustituye –aunque no lo quiera o desee- por un mercado salvaje, súper capitalista, vil, que se convierte en un mercado socialista subterráneo, que se llama Mercado Negro que se rige por métodos mafiosos y corruptos.
Hombres como Chávez y algunos dictadores llegan a creer que el socialismo no avanza porque unos supuestos enemigos de este sistema no dejan que funcione, pero esto no es verdad. Los enemigos existen pero no son enemigos realmente, son los propios camaradas socialistas. Es la nueva oligarquía que crea el sistema comunista. El monstruo que conlleva el socialismo por dentro se llama el Mercado Negro. Este mercado es el que sustituye al libre mercado. Así de simple.
La salida
Hay que convocar a gobierno a las academias, a las universidades, a la par que a los trabajadores, a los sindicatos, a los empresarios. Se debe cambiar totalmente al gabinete, incorporando a los mejores en cada área. Abandonar el socialismo comunista con su irrealizable “Plan de la Patria”, y elaborar una nueva estrategia a la venezolana para buscar el desarrollo y el bienestar de todos.
La solución es intentar un capitalismo en función social como en los países nórdicos. Hay que buscar un capitalismo para todos como en Canadá o Australia. Hay que inventar un libre mercado a la venezolana que haga énfasis en desarrollar a los más necesitados y desposeídos. Existen distintas alternativas pero ninguna en el socialismo del siglo 21.
En la América Latina no se podrá volver a gobernar sin tomar en cuenta a la mayoría de los ciudadanos que viven en pobreza. Los nuevos modelos de libre mercado que están surgiendo después de la derrota del modelo de Dieterich y Chávez, del socialismo del siglo 21, tendrán que gobernar para los más necesitados.
En cuanto al socialismo del siglo 21 practicado en Venezuela, la historia lo registrará para demostrar definitiva e históricamente que el socialismo marxista o comunista no funciona ni siquiera en un país petrolero y con ingentes y colosales recursos, y que lejos de beneficiar a los trabajadores, a los campesinos, y a los más desposeídos, lo que hizo fue hacerlos más pobres y ahondar su miseria.