El Sitio Arqueológico Corinto, ubicado en Morazán, alberga uno de los bienes culturales más importantes de El Salvador: la Gruta del Espíritu Santo, un abrigo rocoso en el cual se pueden observar pictografías y petrograbados de hace 7.000 años, aproximadamente.
“Aquí hay dos tipos de manifestaciones rupestres: están las pictográficas, realizadas con pigmento vegetal y mineral; y están los petrograbados, que los hicieron al extraer ciertas partículas de la piedra, para crear incisiones en la misma”, explica la arqueóloga Nancy Trujillo.
Las figuras no se ven a primera vista, hay que detenerse y observar; poco a poco se pueden apreciar representaciones antropomorfas sencillas: hay manos, hombres con penachos y una de un hombre con lo que pareciera ser un bastón.
También se pueden observar figuras de aves y de círculos concéntricos o formas geométricas, pintadas en varios colores, aunque el de tonalidad rojiza es el que más resalta, color que pudiera derivar del Cinabrio, un mineral que tiene esta apariencia, dijo la arqueóloga.
Además de ser “una ventana al pasado”, el Sitio Arqueológico Corinto es un espacio natural donde los visitantes pueden recorrer senderos y escalar la roca de la gruta, que conduce a una privilegiada vista de los cerros circundantes y del pueblo de Corinto.
EL NACIONAL