Soy venezolano y llevo viviendo en Barranquilla dos años y cuatro meses. Durante todo este tiempo he seguido con detenimiento la oleada de compatriotas que han escogido este país para escapar de los males por el que está atravesando Venezuela.
Para muchos ha sido fácil la tarea de llegar, adaptarse y despegar. Para otros, sin embargo, ese proceso ha sido más difícil, sobre todo cuando se trata de permanecer de forma legal en este país.
Antes de llegar indagué todas las posibilidades que tanía para resolver mi permanencia legal acá, pero como hijo de colombianos, el artículo 96 de la Constitución Política me consideraba por ley, un ciudadano de este país. Con lo que mi problema ya estaba resuelto.
Es precisamente por el desconocimiento de los requisitos para permanecer legal en el país por lo que la mayoría de mis connacionales sufre el primer impase. Se vienen de Venezuela sin saber si llenan los requerimientos básicos para solicitar la nacionalidad colombiana.
Este desconocimiento ha dado pie para que en algunos municipios de Atlántico, especialmente los del sur, es frecuente el trámite ilegal de la cédula, lo cual disparó las alertas entre las autoridades, al punto de que la Registraduría Nacional anunció la apertura de una investigación a los funcionarios posiblemente involucrados y emitió una circular recordando los requisitos para la obtención del documento.
Una Historia. Hace poco una familia que residía en Venezuela se mudó para la capital del Atlántico. Pedro*, un colombiano de 50 años, y su compañera sentimental, Mercedes*, venezolana, planificaron desde hace un año lo que sería su estadía en este país.
En una de esas conversaciones, ambos se dieron cuenta de que tenían un inconveniente que frenaba sus sueños: la permanencia de la mujer después de tres meses en el país sería ilegal, pues la normativa establece que un turista solo puede permanecer en Colombia por un periodo de tres meses.
Mercedes, de 45 años, nació en Caracas y vive en unión libre con Pedro desde hace 20 años. Él nació en el municipio de Campo de la Cruz, y sé que vivió más de 40 años en la capital venezolana. Ambos buscaron por varios meses una oportunidad para que la mujer pudiera solicitar la ciudadanía colombiana y poder así “trabajar con más tranquilidad” una vez estuviesen radicados acá.
Aseguran que nunca vieron viable el casarse, ni sacar ningún documento que les garantizara su unión ante la ley, pero haber realizado ese trámite les hubiese facilitado a la pareja optar por la doble ciudadanía para ella.
La pareja optó por un proceso más “rápido y fácil” para resolver el problema: Mercedes se registraría de “manera legal ante la Registraduría”, pero sin cumplir los requisitos que la ley exige.
El viaje. Para ello realizaron un viaje que les tomó casi 24 horas, por carretera, desde Caracas a Campo de la Cruz. Entraron ilegal, por la trocha que se encuentra entre el corregimiento de Paraguachón, en Maicao, La Guajira, y en la zona fronteriza con Venezuela, que suele ser utilizada por contrabandistas e indocumentados.
Una vez estando en el pueblo, un pariente de Pedro les aseguró que en la Registraduría del municipio había un señor que “ayudaba a hacer el trámite de la nacionalidad rápido”.
“Mi primo nos dijo que fuéramos a la Registaduría y preguntáramos por un funcionario (cuyo nombre no quisieron revelar) que él nos ayudaría con los papeles. Fue rápido, no pidieron los documentos ni nada, le tomaron las huellas a Mercedes y le dieron la contraseña rápido”, explicó Pedro, a quien le aseguraron que desde ese momento contara 90 días hábiles para la entrega del documento de identidad.
“El hombre no cobró caro, en realidad nos dijo que le diéramos para la gaseosa. Le dimos $50.000 y quedó conforme”, contó.
A Mercedes la suerte le favoreció con el trámite realizado, quedó amparada como colombiana en la base de datos de la Registraduría Nacional y ya se encuentra laborando en la ciudad.
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