El etíope Feyisa Lilesa, plata en el maratón de Rio, realizó una protesta política al cruzar la meta, alzando los brazos como si estuvieran esposados, en defensa de la etnia Oromo, mayoritaria en su país, cuyas protestas fueron reprimidas con dureza por el gobierno.
“Realicé ese gesto por la actitud del gobierno de mi país contra los Oromos. Desde hace nueve meses, un millar de personas han resultado muertas”, afirmó en la conferencia de prensa posterior a la carrera.
“Tengo familiares en prisión en mi país. Si hablas sobre democracia te matan. Si vuelvo a Etiopía, tal vez me maten o me metan en prisión”, dijo Lilesa, perteneciente a dicha etnia.
“Es muy peligroso vivir en mi país. Tal vez tenga que ir a otro país. Protestaba por gente que en cualquier parte del mundo no tiene libertad”, añadió.
Lilesa contempla la posibilidad de quedarse un tiempo en Brasil, a la espera de obtener más adelante un visado que le permita ir a Kenia o a Estados Unidos.
El gobierno de Etiopía reaccionó y en un comunicado aseguró que Lilesa no tiene nada que temer. Un portavoz del gobierno, Getachew Reda, dijo al canal estatal Fana Broadcasting Corporate que a Lilesa le “será conferida una bienvenida heróica junto con los miembros de su equipo”.