“Si yo fuera un hombre nadie se plantearía por qué la chica del informativo escribe una novela, no soy sólo una cara que lee las noticias”

Carme Chaparro (Salamanca 1973) tenía un buen final, algo de tiempo entre AVE y aeropuertos y una espina clavada, la de escribir una novela negra donde la protagonista fuese una mujer. A ella, que consume libros casi de forma obsesiva y que le gusta de todo -como al comer, donde solo rechaza los callos- la literatura le ha servido para abrirle la mente, para conocerse mejor y para volar. Por eso, en esos viajes aprovechó para escribir un relato “No soy un monstruo” que engancha desde el principio y que se ha alzado con el premio Primavera de Novela.

– Primera novela y premio. ¿No se ha puesto el listón muy alto?

-Yo creo que sí me lo he puesto a mí misma muy alto, presentando la novela con pseudónimo y que sea elegida entre más de mil obras. Es maravilloso.

– ¿Por qué presentó la novela bajo el pseudónimo de Paulina Murillo?

-Es un homenaje a mi tía, que murió cuando yo tenía 15 años y que fue la primera en emigrar desde Extremadura a trabajar a los hoteles de la costa, la hermana mayor de mi madre. Ella no tuvo hijos y siempre fue como una segunda madre para mí.

– ¿La gente se sigue sorprendiendo de que la chica del informativo se haya salido del guión?

-Sí, y eso es una pena en pleno siglo XXl, porque yo no soy solo una cara que lee las noticias. Estoy en la redacción desde las siete de la mañana para dar el informativo de las dos y cuarto de la tarde. Esta pregunta si yo fuera un hombre ni se planteaba. No me molesta que me la haga, al contrario. El problema son los prejuicios que aún existen.

– El libro: un niño que desaparece en un centro comercial mientras su madre envía un Whatsapp? Nos ha metido el miedo en el cuerpo.

-Cuando acabé de escribir iba por un centro comercial con una amiga a la que le había pasado la novela, y de repente nos miramos las dos y nos quedamos bloqueadas. Es cierto que no nos damos cuenta de que cuando vamos por lugares con mucha gente sin darnos cuenta nos despistamos y dejamos de prestar atención a nuestros hijos-

– Y para hacer un relato real hizo un grupo de WhatsApp con colegas policías e inspectores que le asesoraron en la investigación.

-Sí, yo de la investigación policial, de los pasos a seguir no tenía ni idea, sabía poca cosa y les dije, oye estoy empezando a escribir una novela y necesito saber cómo va la escala policial. ¿Hay tenientes en la policía? Y resulta que no, que eso era en la Guardia Civil, ese tipo de cosas. Pues para no cometer ningún tipo de error creamos un grupo de WhatsApp, donde hablábamos de todo, no solo de jerarquías en el cuerpo, también de sensaciones, de qué se siente en una sala de autopsias, de olores, de ese tipo de cosas que son las que hacen un relato más real.

– ¿Dónde se escribió esta novela y dónde se gestó?

-Es una novela escrita en el AVE y en el aeropuerto. Cuando estaba en el turno del fin de semana en Telecinco antes de pasar a Cuatro pasaba mucho tiempo viajando y aprovechaba ese tiempo para escribir esta novela. Ahí fue donde nació y se gestó esta primera novela, que no sé si va a ser la última o no. De momento no me pongo metas. Ahora llevo otros horarios y es complicado encontrar un hueco para escribir cuando llegas a casa de trabajar a las diez de la noche todos los días de la semana y tienes que ponerte a hacer la cena y a poner la lavadora. Pero nunca se sabe. A lo mejor un día se me ocurre otro final y me pongo a escribir.

– ¿Por qué una novela negra?

-Yo en la literatura soy como en el comer, consumo de todo, menos callos. A mí la literatura me ha permitido cambiar mi forma de pensar, de sentir, y me ha abierto muchísimo la mente. En realidad de esta novela se me ocurrió un día el final y pensé: ¿Y si alguien fuera capaz de hacer esto? A mí me gusta mucho la novela negra, y aunque ahora es un género que parece que vuelve a estar en auge faltan muchas mujeres que la protagonicen.

– ¿Por eso creó a la jefa inspectora Ana Arén?

-Sí, Ana Arén es también un homenaje a la filósofa Hannah Arendt; y creé también a Inés Grau, que es la reportera de sucesos.

– Ha puesto a algún miembro del jurado a llorar, otros dicen que la novela apunta maneras de película. Maribel Verdú ya quiere ser Ana Arén?

-Es cierto, y yo estoy encantada. Maribel es amiga, y cuando le pasé las primeras galeradas me dijo que el relato era muy cinematográfico y que le encantaba la novela, y yo pues qué te puedo decir, qué más podría querer yo que ver la novela llevada al cine y que Maribel Verdú interpretase a Ana Arén, sería todo un honor para mí. Sé que un miembro del jurado del premio “Primavera” dijo que pagaba una cena a quién fuese capaz de dejar la novela antes de llegar al final?

– Pero a usted lo que más ilusión le hace es firmar en Sant Jordi ¿me equivoco?

-No se equivoca. ¡estoy como una niña! Yo que he vivido tantos años Sant Jordi del otro lado, que he sentido la emoción en la calle, el poder estar ahora firmando mi libro, recibiendo a la gente, escuchándoles, es lo que más ilusión me hace sin ninguna duda.

– ¿Lleva desde 1998 presentado informativos se ve haciendo otra cosa?

-Yo soy periodista y presento un poco por accidente, a mí lo que se me da bien es contar noticias y la verdad es que lo que no me veo es en otro tipo de formato. Quiero decir que no haría entretenimiento, por ejemplo, porque no es mi género.

– Y esa experiencia le ha servido para escribir una novela fresca y que engancha tanto que, según Carmen Riera, la presidenta del jurado que eligió su libro entre los 1.125 presentados, no podía dejar de leerla en el Metro?

-La experiencia periodística sirve muchísimo porque al final los periodistas somos escritores. Cuando escribes para la tele tienes que condensar en un texto muy resumido una información muy potente, tienes que utilizar las palabras que sean capaces de enganchar al espectador, un espectador al que no estás viendo. Cuando escribo mi columna es lo mismo, son pequeños capítulos en los que cuento un historia. Un periodista sea de tele o de prensa escrita no deja de ser un escritor, ése es su oficio.

– ¿Qué espera de esta novela “No soy un monstruo”?

-Que la gente la lea y que vengan muchos hombres a leer una novela negra protagonizada por mujeres. Que la gente compre el libro y que regale el libro. Este libro y otros libros. Porque las mentes se abren leyendo.

LNE

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