Una de las características particulares del madurismo es su incapacidad para convivir en una sociedad democrática de pensamiento y cultura pluralista, como es la venezolana, sin que exista un permanente y creciente enfrentamiento violento, contra todo aquel que disienta de su manera de pensar.

Concebir la política como una guerra, tratando al adversario ideológico como su enemigo y no su adversario, conduce irremediablemente al totalitarismo y a la instauración de un Estado criminal, cuyos intereses están siempre por encima de los derechos ciudadanos, a la existencia de un partido único con un poder absoluto y a la creación de una fuerza armada constituida exclusivamente por militantes de ese partido. Estoy convencido de que uno de los objetivos fundamentales de la inconstitucional asamblea nacional constituyente que propone Maduro es, precisamente, modificar los artículos 328 y 329 de la Constitución de 1999, con la finalidad de crear una organización militar no profesional, definitivamente partidista, al servicio de los intereses políticos del PSUV y no de la nación venezolana.

La reciente destitución del Alto Mando Militar, de los comandantes de REDI y de ZODI, con la sola excepción del ministro de la Defensa, por haber manifestado lealmente y en privado su desacuerdo con la inconstitucional convocatoria a una fraudulenta asamblea nacional constituyente comunal corroboran mi convencimiento.

Esta inaceptable situación debe hacer reflexionar a los miembros activos de la Fuerza Armada Nacional, que escogieron la carrera de las armas conscientes de que su deber sería servir en la defensa militar de la nación y de sus instituciones y nunca a persona o parcialidad política, sobre la obligación que la misma Constitución Nacional les impone, en su condición de venezolanos, de defenderla y realizar cuanto esté a su alcance, para restituir, en caso necesario, su legítima vigencia.

No actuar en estos tiempos en que no solo se encuentra seriamente amenazada la vigencia de la carta magna, sino también la existencia misma del Estado Social y de Derecho que ella propugna, es faltar al juramento de soldado que todos ustedes hicieron ante Dios y en presencia de la bandera nacional. La inaceptable tozudez de Nicolás Maduro y su camarilla de querer establecer, por encima de la voluntad de nuestro pueblo, un Estado comunista similar al de Cuba, a través de una asamblea nacional constituyente exige de todos ustedes una posición firme y decidida, similar a la que ha venido manteniendo una generación de jóvenes que lucha  en las calles con valor, arrojo y patriotismo, para evitar que se instaure, de manera definitiva, un régimen que continúe destruyendo a Venezuela y comprometiendo definitivamente el destino de nuestras futuras generaciones.

Nicolás Maduro ha sumido a Venezuela en la más grave crisis de toda su historia al negarse a rectificar  la orientación política, económica y social de su gobierno para poder superar la actual tragedia nacional. Al contrario, se ha dedicado a agravarla al querer imponer, de manera contumaz, una permanente violación de la Constitución Nacional. En aras de la objetividad, citemos solo algunos hechos y cifras reveladoras del caos en que vivimos: en estos tres años de gobierno madurista se ha generado la mayor escasez de alimentos y medicinas jamás conocida, con consecuencias mortales en niños y adultos por desnutrición y ausencia de tratamiento adecuado para sus enfermedades; el porcentaje de pobreza de nuestro país ha alcanzado 82%, con una inflación mayor a 2.000%; el producto interno bruto ha sufrido una caída de 30%, con una producción petrolera de apenas 2,2 millones de barriles diarios y un servicio de la deuda  este año de 7,2 mil millones de dólares, comprometiendo totalmente las muy reducidas reservas internacionales. Bastaría con observar estos mismos parámetros en todos los países de la región  para constatar el crimen cometido por el régimen madurista contra nuestro país y sus ciudadanos. Esta trágica realidad es la causa fundamental de los ya casi 100 días de protestas, con sus dolorosas consecuencias, protagonizadas por vastos sectores sociales que han entendido la urgente necesidad que tiene Venezuela de encontrar una solución a su crisis política para poder iniciar la recuperación nacional.

Un aspecto que ustedes, miembros activos de la FAN, tienen que tener presente es que mientras no se logre la salida de Nicolás Maduro de la Presidencia de la República no habrá posibilidad de lograr un acuerdo entre todos los sectores nacionales, incluyendo a la Fuerza Armada Nacional, para constituir un gobierno de transición y de salvación nacional, que permita alcanzar la paz y el entendimiento entre los venezolanos.

Un claro ejemplo de la criminal intolerancia de Nicolás Maduro y su camarilla fue el reciente asalto al Palacio Federal Legislativo, sede de la Asamblea Nacional, por las bandas armadas oficialistas con la anuencia de los efectivos de la Guardia Nacional responsables de su seguridad y custodia.  Un hecho de tanta gravedad no es posible que haya ocurrido sin el conocimiento previo del propio Nicolás Maduro, convencido de que sembrando el terror, mediante las acciones de la Guardia Nacional y de las bandas armadas, podrá eliminar la protesta nacional que solo cesará con su salida del poder. Definitivamente está equivocado. La valiente actitud de los diputados y empleados del Parlamento, al defender la sede de la Asamblea Nacional, así lo muestra.

Adicionalmente, el tradicional desfile militar del 5 de julio, realizado en el Paseo de los Próceres, también buscó el mismo efecto: atemorizar a los venezolanos para que no asistan a la convocatoria de un referéndum consultivo planteado por la Mesa de la Unidad Democrática, el 16 de julio de 2017, sobre tres trascendentes preguntas que afectan el destino de Venezuela. “Que sea el pueblo quien decida si rechaza y desconoce la constituyente convocada inconstitucionalmente por Nicolás Maduro y sin la aprobación del soberano; que sea el pueblo quien decida el rol que demanda a los funcionarios y a la Fuerza Armada Nacional para lograr la restitución del orden constitucional; que sea el pueblo quien decida si convoca y respalda la renovación de los poderes públicos que se encuentran al margen de la Constitución, además de la conformación de un gobierno de unión nacional y la realización de elecciones libres y transparentes para restituir el orden constitucional”. Normalmente, los desfiles militares, y ustedes lo saben, buscan presentar el apresto operacional de sus fuerzas armadas con base en sus posibles hipótesis de conflicto externo. En esta oportunidad, el énfasis estuvo en la exhibición de material represivo para operaciones de mantenimiento de orden público, con el fin de atemorizar a nuestro pueblo. Reflexionen. El reto de la Fuerza Armada Nacional es inmenso. No permitan que la violencia represiva del régimen madurista siga destruyendo al país y asesinando a jóvenes venezolanos. Cumplan y hagan cumplir la Constitución Nacional.

fochoaantich@gmail.com

EL NACIONAL

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