Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han encontrado la primera evidencia de que el agujero de la capa de ozono comienza a cerrarse. Sus resultados, publicados en la revista Science, confirman la recuperación de la capa de ozono -que empezó hace una década- y, en particular, el inicio del cierre del agujero.
“Puedes comparar este problema medioambiental como si fuera un paciente con una enfermedad”, explica a Hipertextual la Dra. Susan Solomon, investigadora del MIT y primera autora del estudio. “En la década de los ochenta cuando emitíamos una gran cantidad de clorofluorocarbonos (CFC) a la atmósfera, la capa de ozono resultó muy dañada, es decir, el paciente enfermó. Posteriormente paramos de fabricar estas moléculas, de forma que el paciente se estabilizó alrededor de 1995. Ahora tenemos evidencia de que existe cicatrización, en otras palabras, que el paciente está un poco mejor aunque debe pasar más tiempo para que se recupere por completo”, señala la científica.
El tratado medioambiental más exitoso
Durante los ochenta, la evidencia científica acumuló pruebas que demostraban que un gran número de productos químicos de uso común habían sido extremadamente dañinos para la capa de ozono. Desodorantes, lacas e insecticidas estaban entre las sustancias perjudiciales para la atmósfera. La prohibición de estos compuestos, avalada por los estudios científicos, llegó con la firma del Protocolo de Montreal el 16 de septiembre de 1987. “Desde el punto de vista de las decisiones humanas, decidimos terminar con este problema y nos dispusimos a hacerlo. Pero es importante comprobar que está teniendo el efecto deseado”, resalta Solomon. “Nuestro trabajo muestra que el agujero de la capa de ozono comenzará a ser significativamente más pequeño en septiembre. No está completamente cicatrizado y veremos variaciones de año en año, pero hay tendencias claras que prueban su cierre. El agujero de la capa de ozono no se sellará del todo hasta mediados de siglo”, dice a Hipertextual.
Según el Dr. Raúl R. Cordero, de la Universidad de Santiago de Chile, el estudio “tiene el mérito de destacar indicadores de la recuperación de la capa de ozono en latitudes polares (sobre la Antártida)”. El Protocolo de Montreal, al haber regulado la emisión de sustancias destructoras de ozono, “es la causa principal de que la capa de ozono se esté recuperando”. A su juicio, el acuerdo suscrito hace ahora casi tres décadas “es el tratado medioambiental más exitoso de la historia”. Una opinión en la que también coincide Solomon, que aplaude la medida de prohibir sustancias como el bromuro de metilo, el metilcloroformo, el tetracloruro de carbono y las familias de halones y clorofluorocarbonos. “Así hemos logrado evitar pérdidas masivas de ozono, una molécula que protege a los organismos vivos de la radiación ultravioleta del Sol. La cantidad de radiación UV que habría llegado al planeta hubiera sido muy dañina. Habría causado muchísimos casos de cáncer de piel, cataratas y otros importantes efectos biológicos”, sostiene la científica.
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