La industria cinematográfica siempre ha evolucionado de la mano de la tecnología. El cine mudo dio paso al sonoro y los fotogramas en blanco y negro pronto pasaron al color y ahora, a todas las posibilidades de la proyección digital. Las posibilidades, se pensaría, son las de la imaginación.
Olvídese del simple 3D. Hoy es posible asistir a salas de cine que transmiten movimientos, olores, corrientes de aire y hasta salpican agua. Esta tecnología, que llegó a Colombia hace dos años, busca ofrecer una forma diferente de que los cinéfilos se metan en la película.
Cine Colombia la integró en sus salas Dinamix 4D. Allí, las diferentes situaciones y escenarios en la pantalla se coordinan con efectos mecánicos que el público experimenta a través de asientos especiales.
Para que todo esto sea posible, existe un proceso que le permitirá al usuario disfrutar sus películas de manera directa, emocionante y divertida.
En primer lugar, Cine Colombia escoge las producciones que van a proyectar en 4D durante el año y las envía a Mediamation (casa matriz del 4D, con sede en Estados Unidos). Una vez son recibidas, técnicos y expertos analizan escena por escena para sincronizar los efectos especiales del largometraje con los efectos de las salas Dinamix.
Culminado dicho proceso, la compañía estadounidense envía una USB con los resultados. La memoria se conecta a los proyectores y comienza la magia.
“Nosotros, desde la sala de proyección, no hacemos nada adicional. Básicamente, la sala funciona por sí sola. Es un proceso interesante, todo está automatizado”, explica Daniel Montes, gerente de mercadeo de Cine Colombia.
Así operan las salas
Para que la tecnología cautive a los asistentes, existe un sistema que está dividido en varias cabinas, las cuales controlan el agua, el viento, los relámpagos y los movimientos.
Estas cabinas se encuentran conectadas vía internet con las sillas y con la sala, para enviar mensajes e informar cómo se deben mover y qué efectos especiales implementar. Basta ver las sillas girando y moviéndose en perfecta coordinación para entender por qué a este proceso se le llama ‘coreografía’.
Las salas Dinamix 4D operan sobre una plataforma hidráulica que ofrece efectos más fuertes y grados de movimiento más elevados. En los brazos de cada asiento hay unos orificios de donde salen el agua, las ráfagas de viento y los aromas, los cuales cumplen su objetivo: entretener.
Debajo de cada silla hay un sistema de cuerdas que le brinda al usuario, entre otros servicios, cosquilleos en la espalda y piernas. En la parte de arriba de la sala está instalado un sistema de luces LED para los efectos de relámpago y, en la parte frontal, junto a la pantalla, se ubican los sistemas de niebla.
Las sillas están fabricadas en cuero y ofrecen el espacio necesario para que el usuario se sienta cómodo… pero no tranquilo. Algunas personas que ya asistieron a esta clase de cinemas aseguran que sus sillas se pueden mover tan fuerte que la comida podría salir disparada.
Entrar y salir de la sala durante la película es complicado y, de hecho, se recomienda no hacerlo para evitar el riesgo de ser golpeado por los asientos.
En cuanto al sonido, las salas de cine integran un sistema de audio 7.1 para mejorar la experiencia fílmica. Montes detalla que “el sistema de siete canales permite percibir los sonidos con más detalle. Se puede escuchar el sonido de un helicóptero por un lado, y en otra parte oír el disparo de un rifle”.
El precio de la boleta para entrar a estas salas de cine depende del día, pero oscila entre los 20.000 y los 29.000 pesos, con promociones especiales los miércoles.
Las películas que se escogen para las salas Dinamix son de los géneros de acción y animadas. En la actualidad se está experimentando con cintas de terror, que parecen particularmente apropiadas para una sala capaz de dar saltos en los momentos de mayor tensión.
En Bogotá, las salas Dinamix 4D se encuentran en Unicentro, Gran Estación, Titán Plaza y Plaza de las Américas. También las hay en Cali, Barranquilla y Villavicencio.
En resumen, es una experiencia diferente, inmersiva y que seguramente disfrutarán hasta los más pequeños de la casa. Sin embargo, existe la posibilidad de que algunas personas no se lleguen a conectar ciento por ciento con la película. El humo, el agua y los movimientos de las sillas son fuertes distractores. En ocasiones, hay espectadores que pueden sentirse mareados por el movimiento de los asiento.