El gobierno y la oposición de Venezuela parecen vivir en un país distinto. Mientras para un sector, “deberían ser la reina de la democracia en el continente”, el otro defiende que hay una dictadura con visos de democracia.

Esta polaridad va más allá del discurso de los políticos y se ve reflejada en los mismos ciudadanos. Una simple búsqueda en Facebook demuestra cuán popular es la frase “No quiero a ningún escuálido” o “No quiero a ningún chavista”. A veces, estas muestras de intolerancia política abarcan hasta a familiares y amigos.

Esta extrema división es el tema principal del cortometraje ‘Normal’, un retrato crítico de las situaciones sociales absurdas que se han convertido en cotidianas, en normales (de ahí el nombre de la cinta) en el país suramericano.

“Es lo normal de lo irracional de lo que estamos viviendo”, dijo el director venezolano Vadim Lasca, quien enfatizó que su mensaje en ‘Normal’ es el respeto hacia la opinión del otro.

“Tenemos que tratar de impulsar el tema de que debemos escucharnos, de que tenemos una situación terrible que no se va a solucionar ahorita”.

El cortometraje de 17 minutos se centra en la historia de Fabricio, un joven adepto al chavismo, y Alejandra, su ex novia opositora que se esconde de la Guardia Nacional durante las protestas de inicio del 2014.

‘Normal’ se estrenó el 26 de marzo en el festival de cine latino de Houston y desde entonces, ha ido acumulado éxitos: ganó el premio Lola en el festival de Filadelfia y los galardones de Mejor Actriz y Mejor Cortometraje Internacional en el Festival de cine de Alicante.

Se ha presentado en otros 13 festivales, incluyendo el Chicago Latino Film Festival 2016 (EEUU), Changing Perspectives Short Film Festival (Turquía), River Film Festival 2016 (Italia) y el Arroios Film Festival (Portugal).

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