“Nunca me iré de tu vida, ni tú de mi corazón. Aunque por otros caminos nos lleve el destino que importa a los dos”, cantaba Alfredo Sadel en “Desesperanza”, el bolero compuesto por María Luisa Escobar que internacionalmente dio a conocer el llamado “tenor favorito de Venezuela”.
El 28 de junio de 1989 moría Manuel Alfredo Sánchez Luna, a los 59 años de edad, luego de batallar contra un cáncer de huesos. Pero sus canciones, más de de 2.000 recogidas en cerca de 200 discos de 78 RPM y unos 130 larga duración editados en diversos países, permanecen en la memoria de un país que lo recuerda como uno de sus más extraordinarios artistas y demócratas.
Para honrar su legado y conmemorar las tres décadas de su fallecimiento, Guataca Producciones y Alfredo Sánchez, hijo del cantante, celebran La Venezuela de Sadel, primer festival dedicado al cantante. Un encuentro que busca resaltar tanto al artista como al hombre comprometido con su país.
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