Todo comenzó hace dos semanas, cuando Johnny Depp demandó a sus contadores por no manejarle bien las finanzas que les encomendó durante 17 años.

La compañía The Management Group, encargada de la tarea, le contestó con una contrademanda en la que alega que el artista incurrió en gastos estrafalarios por una cantidad de 2 millones de dólares mensuales, “que no podía costear”, según reproduce Vanity Fair.

Entre varios de esos gastos que llevaron a Depp a deber dinero al fisco, se destacan $30.000 dólares mensuales en vinos que Johnny se hace enviar desde cualquier parte del mundo, $150.000 en seguridad para sus hijos y $300.000 para costar 40 empleados. A ello se le suma un presupuesto fijo para el mantenimiento de 14 residencias, un yate de lujo y 45 autos de alta gama; el mantenimiento de 200 piezas de arte y 70 guitarras de colección; y el soporte financiero para sus amigos y familiares.

La Voz

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