La forma más adecuada de comer una cucaracha en el norte de China es freírla dos veces, explica Wang Fuming, el principal cultivador de los insectos con fines alimenticios. “La segunda vez hace que el caparazón se vuelva crocante y el interior suculento“, explica el granjero de 43 años, habitante de la provincia de Shandong. El plato se sirve, generalmente, con polvo de fideos y chile picante.

El Señor Wang y su más rica producción

La cucaracha, aparentemente, tiene una textura similar al queso y un sabor terroso, pero nada de esto detuvo a los chinos, que ven en ellas un gran valor medicinal. “Son un milagro”, comenta Liu Yusheng, profesor de la Universidad de Agricultura de Shandong, experto en insectos. “Pueden curar una serie de enfermedades y detienen considerablemente el envejecimiento“. Incluso, un polvo hecho a base de los insectos se vende en cantidad en algunos hospitales, tanto para curar quemaduras como con fines cosméticos.

En forma líquida, ciertos productos hechos a base de cucharacha prometen curar la gastroenteritis, la úlcera duodenal y hasta infecciones pulmonares.El gran problema en China es que cada vez tiene población más longeva, por eso buscamos nuevos medicamentos para gente mayor, y es clave que sean más baratos que las medicinas occidentales. Además, tenemos una tradición de comer insectos aquí“, explica el profesor Liu. Es por eso que Wang se ha volcado de lleno a la expansión de la Periplaneta americana, nombre científico de la cucaracha más útil para el proceso.

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“Esta no es la misma que ves en tu casa, esas son alemanas”, explica el granjero. “Hay cientas de variedades de cucarachas, pero sólo esta tiene valor medicinal. Estas son nativas de la provincia de Guangdong.” La totalidad de su cría es comprada por la industria farmacéutica, y los precios no paran de subir. Desde 2011, su producción se ha quintuplicado y llega a las 100 toneladas anuales, además de haber ayudado a otros a montar sus propias granjas.

Xiao, otro criador de cucarachas, dice alimentarlas con una “fórmula especial”, que consiste en una mezcla de vegetales y restos para producir un alto nivel de aminoácidos, muy valorado por los compradores. “Son fáciles de criar, si uno las mantiene cálidas ellas están felices”, dice el hombre.

Curiosidades de una cultura lejana, donde el consumo de insectos no es tan extraño y donde se cree en su poder medicinal. Será cuestión de probar, ¿no creen?

The Telegraph

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