Cuando hablamos de porno ‘online’, el esquema mental y empresarial que reproducimos suele ser bastante básico: un empresario improvisado, unos actores efímeros, un vídeo sexual de buena calidad y punto. Pero no nos engañemos: el porno ‘online’ mueve cantidades multimillonarias de dinero, es un sector empresarial al uso y, como tal, está expuesto a evoluciones, crisis de los modelos de negocios y cambios tecnológicos que obligan a las empresas a actualizarse si no quieren quedarse fuera.

Es por eso precisamente que esta industria suele ser siempre una de las pioneras a la hora de ponerse las pilas y evolucionar en cuestiones puramente empresariales y tecnológicas. Si no te lo crees, te animamos a descubrir estas curiosidades tecnológicas y de negocio que quizá desconocías.

1. Tecnología, tecnología y tecnología (y porno)

Con frecuencia se suele pensar que el porno ‘online’, para ser un auténtico negocio, tiene un solo ingrediente: el porno de calidad. Y sería hipócrito quitar este elemento de la ecuación, pero lo cierto es que el porno, por sí solo, difícilmente generará negocio.

Ya nos lo contaba Borja Mera, fundador de Cumlouder: “No somos una empresa de porno, sino una empresa tecnológica. Nosotros somos expertos en tecnología, en unos y ceros y en contenidos, eso es lo que sabemos hacer. El contenido puede ser vídeos para adultos o cualquier otra cosa, pero nosotros somos expertos en eso: en crear contenido bueno, masivo y que funcione bien gracias a nuestra tecnología”.

De hecho, Mera tiene la palabra ‘producto’ como fetiche: “Nos hemos obsesionado con crear un muy buen producto y una usabilidad muy buena. Y eso es lo que hace que el usuario vuelva y podamos crecer tantísimo en tantos países”.

En el mismo aspecto incidía hace poco Arnaldo Chamorro, fundador de Fakings, en una charla en la que desgranaba los aspectos más importantes del negocio del porno ‘online’: “Lo más importante no es el porno, que en internet ya hay mucho gratis, sino la tecnología. Fakings es una empresa tecnológica que distribuye porno y hacemos un buen producto. Por ejemplo, nosotros fuimos los primeros en España en conseguir que, al hacer pago con tarjeta de crédito, no se pidieran datos personales, para que el usuario estuviera tranquilo”, aseguraba.

2. No es tan fácil hacer dinero…

Por lo general, en el mundo del porno ‘online’ existe la creencia de que la barrera entre forrarse o no forrarse es simplemente moral, sólo depende de que tu conciencia te permita hacer porno o no. Si tu conciencia te lo permite, ganar una cantidad de dinero considerable será sólo cuestión de tiempo.

Sin embargo, no parece tan fácil: con la eclosión del porno ‘online’ muchas productoras clásicas ya se fueron arruinando por no saber adecuarse al cambio de paradigma y a la facilidad de acceder a pornografía de manera gratuita. Sin embargo, ganar dinero sigue sin ser nada fácil: “En 2012 hubo una burbuja y había 30 productoras porno en España; ahora somos dos, porque todas las demás no han sabido hacer las cosas”, aseguraba Arnaldo Chamorro.

“En 2012 había 30 productoras de porno en España… y ahora sólo quedamos dos”
“Si lo único que tienes es un buen vídeo, alguien acabará pirateándolo y subiéndolo a algún sitio gratuito. Por eso es tan importante crear la tecnología que te haga seguir ganando dinero pese a los problemas”, opina.

El equipo de Cumlouder en Gijón. (Borjan)

Chamorro, por tanto, lo tiene clarísimo: “Quien se crea que va a estar ganando dinero desde el primer día por subir un vídeo porno a internet, se equivoca”.

3. …pero algunos sí empezaron con muy poco

En cualquier caso, los ejemplos de emprendedores del negocio ‘online’ del porno que han ido levantando un cierto imperio tras nacer absolutamente de cero siguen apareciendo.

Fue el caso de Chamorro: “Yo monté Fakings con 200 euros en 2010. Vi que en Youtube había un vídeo que estaba triunfando: una mujer que esperaba en su casa a un fontanero y se le insinuaba. Ni siquiera era porno, sólo era morboso, porque parecía real. A mí eso me gustó mucho, así que hablé con una pareja liberal que conocía y les dije que les daba 200 euros si se grababan ellos, pero teniendo sexo”.

4. El producto estrella: los ‘tubes’

Cualquiera podría pensar que el mayor volumen de ingresos de la industria del porno ‘online’ reside en los usuarios que deciden pagar por los contenidos, pero nada más lejos de la realidad.

El verdadero negocio está en los ‘tubes’ o ‘Youtubes porno’, es decir, los portales de vídeos porno (pirateados o no) gratuitos para todo el mundo y de manera ilimitada. De hecho, los dueños de Cumlouder ganan mucho más dinero con ellos que con su propia productora: “Cumlouder ‘sólo’ tiene 500.000 visitas al mes. En nuestros ‘tubes’ tenemos 600 milones de usuarios al mes, 20 millones de visitas al día y somos terceros o cuartos en el mundo en contenido para adultos.

5. La piratería puede ser (muy) buena

A los grandes del mercado la piratería puede suponerles un ligero dolor de cabeza, un mal menor, pero para las productoras pequeñas puede ser muy útil si necesitan crecer: “En Fakings vimos la repercusión que teníamos en los ‘tubes’, todo el mundo subía nuestros vídeos, así que decidimos piratearnos nosotros mismos y subir nuestros vídeos para darnos a conocer”, cuenta Chamorro.

Luchar contra la piratería puede parecer una batalla perdida, con lo que conviene tenerla de aliada: “Desde que yo cuelgo un vídeo en Fakings hasta que veo que se ha pirateado, pasa un minuto. Porque hay empresas que el pirateo lo hacen automáticamente, así que no suelen tardar más”.

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