El tifón que se espera en la costa de Japón con vistas a este domingo por la tarde y que amenaza la celebración de la carrera de Fórmula 1 no es nada en comparación con la movida que hay en el paddock del circuito. Uno tiene la sensación de que la composición de alguno de los puestos más relevantes de la parrilla del año que viene se está produciendo aquí este mismo fin de semana. Más que nada, porque ya nadie se esconde. Los movimientos que se prevén darán mucho de sí.
Por un lado tenemos a Fernando Alonso, que definitivamente parece haber tomado la decisión de abandonar Ferrari y cuyo entorno trata de discutir con los responsables de la marca de Maranello en qué condiciones se expresará. La marcha de Alonso de la Scuderiamotivaría una ofensiva del constructor de il cavallino para contratar a Sebastian Vettel, a pesar de que el alemán todavía tiene contrato con Red Bull hasta finales de la próxima temporada. Ocurre, sin embargo, que la tropa energética no está para nada preocupada por si el tetracampeón decide cambiar de aires, porque confía plenamente en su filosofía, esa que se articula en base al Júnior Team, el programa de desarrollo del que en su día salieron tanto Vettel como su actual compañero, Daniel Ricciardo.
En caso de que Sebastian decida irse, no tenemos ningún interés en Alonso. Para estos casos contamos con nuestra propia plataforma”, aseguraba este viernes por la tarde Helmut Marko, el principal asesor deportivo de Diectrich Mateschitz, el propietario del imperio del búfalo rojo. El sentido común situaría entonces a Daniil Kvyat como compañero de Ricciardo en Red Bull y a Carlos Sainz Júnior, que está a un paso de ganar las World Series, como vecino de Max Verstappen en Toro Rosso. Así las cosas y dada la imposibilidad de recalar en Mercedes, todo lleva a pensar en que la salida más lógica de Alonso sería al de regresar a McLaren, equipo en el que ya formó en 2007 y del que a final de curso salió por patas, aunque también hay quien considera real la opción de que pueda tomarse un año sabático para tratar de hacerse con un hueco en Mercedes en 2016. Eso, claro está, siempre que Lewis Hamilton no renueve su acuerdo con el fabricante de Stuttgart, que actualmente expira a finales de 2015.