Chile se coronó campeón de América por segunda vez, de forma consecutiva y ante el mismo rival. La Roja ratificó que ya es una potencia sudamericana y, de paso, confirmó que Argentina vive una maldición.
Tener al mejor jugador del mundo sirvió de poco nuevamente. De hecho, Lionel Messi quedó el vergudo de su propia selección al fallar un penal decisivo durante la definición por tanda de penales.
La revancha estuvo marcada por el juego fuerte y poco fútbol, tanto que tuvo dos expulsados –Marcos Rojo por Argentina y Marcelo Díaz en Chile– en el primer tiempo.
Chile y Argentina empataron sin goles en 120 minutos, en un estadio Metlife de East Rutherford (Nueva Jersey, este de Estados Unidos), por lo que la suerte una vez más se definió desde los penales.
Nicolás Castillo, Charles Aránguiz, Jean Beausejour y Francisco Silva marcaron para Chile, mientras que Romero atajó el disparo de Arturo Vidal.
En tanto, para los del Tata Martino anotaron Javier Mascherano y Sergio Agüero, mientras que Messi la mandó a las nubes y Bravo atajó el disparo de Lucas Biglia.
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