Dos entrenadores de lucha libre de Mongolia, país localizado en el centro de Asia, protestaron de una manera poco usual y atrevida la decisión arbitral que los dejó en el tercer lugar de la competición en la que sus atletas participaban: quitándose la ropa y quedándose en calzoncillos azules.

Uno de ellos se quitó la camisa y sus zapatos y los lanzó en el círculo de lucha. El acto no pasó desapercibido en las redes sociales.

La razón se debió a que el contrincante del mongolés, el uzbeko Ikhtiyor Navruzov, parecía haber perdido ante Mandakhnaran Ganzorig con un resultado 7-6 en la categoría de 65 kilogramos. Pero el uzbeko logró cambiar el marcador probablemente debido a que comenzó a correr alrededor en señal de celebración faltando 10 segundos para que acabara la competición, en lugar de seguir sometiendo a su contrincante.

Navruzov ganó su desafío y el partido bajo el criterio de haber sido el último luchador en marcar.

Ganzorig, que ya había comenzado a celebrar, se puso de rodillas en señal de desacuerdo.

Pero sus entrenadores, Byambarenchin Bayoraa y Tsenrenbataar Tsostbayar, fueron más allá.

Mongolia-entrenadores

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