Rio cierra este domingo sus Juegos Paralímpicos, los primeros en América Latina, que se anunciaban como un fracaso pero lograron seducir al público, aunque llegan a su último día teñidos de luto por la muerte de un ciclista iraní la víspera de la clausura en el Maracaná.
Por Sebastian Smith y Jessica López/AFP
Tras once días de competición dominados por China, la ceremonia que pone fin a los XV Juegos Paralímpicos de verano, y al ciclo de megaeventos en el gigante sudamericano, comenzó a las 20H00 locales (23H00 GMT) al ritmo de los tambores brasileños.
En un espectáculo de dos horas que celebra la música de este país continental, Rio apaga su llama y pasa el relevo a Tokio, sede de los próximos Juegos en 2020. Al poco de comenzar el show reapareció la polémica cuando el guitarrista de uno de los grupos saltó al escenario con un cartel en el que se leía:“Fora Temer”, en referencia al presidente de Brasil, quien había anunciado que no acudiría a la clausura.
Pero en el templo del fútbol, abarrotado como para la apertura el 7 de septiembre, no todo será fiesta.
El sábado, el atleta iraní Bahman Golbarnezhad, de 48 años, falleció durante la prueba de ciclismo en ruta tiñendo de luto a la familia paralímpica, que vivió la primera muerte en la historia de sus Juegos.
Una “terrible tragedia que entristece los grandes Juegos Paralímpicos de Rio”, describió tras el siniestro el presidente del Comité Internacional (CPI), Philip Craven, que expresó sus condolencias tanto a la familia del deportista como a toda su delegación.
Durante el domingo ondearon a media asta tanto la bandera Paralímpica como la iraní, mientras que en la ceremonia se guardó un minuto de silencio en su honor.
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