La economía venezolana requiere de una serie de revisiones para contrarrestar desequilibrios acumulados a lo largo de los años recientes. Tomando en cuenta predicciones sobre la toma de decisiones de fondo en políticas económicas, es posible prever algunos de los ámbitos en que el gobierno puede verse inclinado a intervenir en el futuro inmediato.
En el campo monetario se baraja la dualidad entre deslizar bajo alguna combinación los tipos de cambio oficiales, o bien, transferir diversos rubros de una a otra tasa cambiaria, como han venido señalando distintos análisis a cargo de firmas consultoras locales e internacionales. Si se opta por la segunda posibilidad, es más factible mantener en el tiempo la paridad sin mayores modificaciones en lo inmediato.
En el sector petrolero, la necesidad de incrementar los ingresos y la producción deben llevar a nuevos esquemas de trabajo que resulten adecuados para las compañías asociadas extranjeras. La consolidación del Sicad II, probablemente a una tasa mayor, y la revisión de las condiciones jurídicas y tributarias para operar en la Faja del Orinoco también guardan relación con los resultados que se puedan obtener en este contexto.
El manejo del endeudamiento tanto de Pdvsa como de la República guarda relación directa con los puntos arriba mencionados. La posibilidad de observar nuevas emisiones de deuda en el transcurso de 2014 puede oxigenar el mercado cambiario, pero también afectar el perfil del portafolio de títulos locales así como la cotización de los instrumentos en el mercado internacional.
Un punto de relevancia que vale la pena destacar, finalmente, tiene que ver con el manejo de los controles de precios. Tras la entrada de Dante Rivas a la dirección de la Superintendencia de Precios Justos, se pueden esperar cambios en este sentido, dado el perfil de eficiencia que ha caracterizado su carrera en otras responsabilidades en la administración pública.
