Cuando era niño, Joe Plummeri veía cada noche a su padre preparar cuidadosamente su traje y su camisa para ir al trabajo el día siguiente.
“Cuando te levantes por la mañana debes estar listo para salir”, decía su padre, Samuel.
Cuando Samuel Plummeri tenía más de 80 años y estaba recuperándose de un quíntuple bypass de corazón, su hijo le rogó que descansara.
Pero su padre tenía otras ideas y había decidido que su próximo proyecto sería revitalizar su ciudad natal, Trenton, en Nueva Jersey, comprando un equipo de béisbol.
Temiendo que el proyecto afectara la salud de su padre, Joe intentó disuadirlo.
Pero Samuel siguió con su plan. Convenció a la municipalidad local de construir un estadio de US$16 millones y comenzó a llamar a dueños de equipos de béisbol en EE.UU. hasta que halló uno dispuesto a vender su club.
Joe es ahora copropietario del equipo Trenton Thunder y la presencia del estadio ha atraído otras inversiones como restaurantes y oficinas, tal como soñaba su padre.
“Mi padre creía que todo era posible así que yo creo que todo es posible”, afirma Joe.
Ésa es la filosofía que ha inspirado la carrera de Joe, actual vicepresidente de la firma de pagos globales First Data.
Joe era antes presidente y director ejecutivo de la compañía global de seguros Willis y fue uno de los artífices de la venta de la empresa por US$2.100 millones a Hilb Rogal & Hobbs, una de las transacciones más importantes en el sector en la última década.
Valores de la niñez
Joe Plummeri no es el único empresario que atribuye buena parte de su éxito a la sabiduría de sus progenitores. Directores ejecutivos de algunas de las mayores compañías del mundo aseguran que el secreto de su carrera está en los valores que absorbieron cuando niños.
Martin Sorrell es el fundador y director ejecutivo de la mayor empresa de publicidad, WPP. Sorrel relata que su padre debió dejar el colegio a los 13 años y tenía grandes ambiciones para su hijo, especialmente luego de la muerte de su progenitor, quien falleció al nacer.
Fue su padre quien le aconsejó que comprara una empresa en sus primeras etapas de crecimiento, por lo que invirtió en una compañía británica que inicialmente fabricaba canastos metálicos para supermercados.
Sorrell expandió la compañia a través de nuevas adquisiciones hasta lograr un imperio global cuyo valor se estima en más de US$27.000 millones.
“Mi padre siempre me decía: ‘construye una reputación en una industria que disfrutes. Luego, si quieres involucrarte en una empresa que ya está establecida, hazlo como una misión de vida. No saltes de una oportunidad a otra'”.
Sorrell, ahora con más de 60 años, dice que su estilo pragmático y su forma de involucrarse en temas del día de la compañía como la contratación de empleados senior, están inspirados en los consejos de su padre, quien siempre le advertía:
“Si dejas de estar al tanto de los detalles, pierdes contacto con la realidad de la compañía”.
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