La polémica entrevista que le hizo el periodista y escritor peruano Jaime Bayly en su programa de televisión en Mega TV al editor venezolano Rafael Poleo, fundador del diario El Nuevo País y la revista Zeta, bien se puede resumir y explicar en estos 10 puntos que presentaremos rápidamente en forma de cuenta regresiva.
10. Bayly en primer lugar es un hombre polémico. Ha sido calificado como un “maestro del escándalo” por su naturaleza controversial. Eso marcó su carrera desde el inicio, cuando ya a los 16 años tenía una columna en la prensa. “Llamé la atención precisamente porque era muy inmoderado, muy impertinente, desatinado, me metía con los políticos y les decía cuatro cosas, porque un chico de 16 años se podía permitir esas licencias”, ha declarado Bayly.
9. La irreverencia es su sello personal. Una de las principales características de Bayly es que no se queda callado ante lo que no le parece correcto y le gusta poner de relieve las contradicciones humanas. “Yo era un niño muy insoportable, parlanchín y resabido. Mi padre me mandaba a callar y era físicamente violento”, ha dicho en entrevistas.
8. Es un periodista muy bien informado. Desde los 18 años está haciendo televisión. Entrevistar a políticos peruanos y cuestionarlos severamente nunca le fue una tarea difícil. Siempre fue un gran lector y a su curiosidad innata se le sumó siempre una capacidad analítica sobresaliente y una honestidad intelectual a toda prueba. “Para entrevistar políticos peruanos no hace falta ser muy avesado o astuto. Son todos bastante analfabetas, salvo muy honrosas excepciones. Y creo que lo mismo pudiera decirse de la clase política venezolana”, ha dicho Bayly.
7. Le molestan las máscaras. “A mí lo que me irrita mucho de un invitado es que sea jabonoso, que no conteste. A mí no me molesta que un invitado me diga que es chavista… ¿Y qué? Nos podemos entender. Pero cuando un invitado es una cosa y tú sabes que es “esa cosa” y él también, y sin embargo no tiene los cojones de decírtelo, uno se siente defraudado y me parece que es una falta de respeto a la audiencia”.
6. Bayly no es tonto. Lo que quizás le irritó más de todo lo dicho por Poleo fue esta frase: decir que Jaime era “deliciosamente ingenuo” de seguro que fue el detonador de todo. No hay que dejarse engañar por las apariencias. No solo no es ingenuo Bayly, sino que además es un verdadero guerrero. Él fue quien planteó el careo, la confrontación, con el interés de descubrir la “verdad” de Poleo, a quien, lo confesó, no percibe como un verdadero opositor. Y lo hizo al precio que le costó: su enemistad. Bayly mismo lo ha confesado en otras ocasiones: “Una persona que aspira a no tener enemigos es un pusilánime”.
5. ¿Fue un ataque de bipolaridad? Aunque Bayly lo aclaró en el programa, que estuvo “bien medicado” y que su animosidad no tuvo nada que ver con esa supuesta bipolaridad de la que él mismo casi alardea, y que sin complejos ha confesado tener (a pesar de que en esta ocasión en particular alegó haber dormido bien la noche anterior y haber tomado todos sus medicamentos), creemos que la discusión, con todos sus excesos, no estuvo signada por la irracionalidad, aunque sí por la pasión que generan posiciones políticas contrapuestas. En todo caso, Bayly ha dicho antes que sus reacciones son impredecibles. “Nunca sabes qué buena o mala química vas a tener con tu interlocutor. También yo soy bipolar y eso influye. Hay días mejores que otros. Hay días que estoy más amable, hay otros que estoy terrible. (…) Cuando estoy mal medicado y he dejado de tomar ciertas pastillas (…), entonces me pongo agresivo y los invitados sufren las consecuencias”.
4. El exceso conduce a la sabiduría. A Bayly le gusta la libertad hasta la exageración, al punto incluso de que esas pautas de conducta le son “levemente autodestructivas”. Lo ha confesado en estos términos: “El camino de los excesos conduce al palacio de la sabiduría”. En el caso de los medios le ha costado no pocos escándalos. “Me han botado de la televisión muchas veces”, ha confesado Bayly. Sin embargo, asegura no haberse arrepentido “ni un segundo”.
3. Entrevistador incómodo. Bayly como entrevistador puede ser amable pero nunca complaciente. Como todo ser pensante, puede ser al contrario muy temible con sus palabras y sobre todo con el uso articulado del lenguaje, que por demás es su oficio. Es un hombre que “ha hecho de la irreverencia una forma de vida”.
2. ¿Todo fue por rating? Poleo argumentó en su cuenta de Twitter que todo se debió a los bajos puntos de audiencia del programa. Sin embargo, por el historial de Bayly éste no parece ser el caso. Su estilo es ser provocador y osado con sus entrevistados. E incluso, más allá: está en su ADN ser en ocasiones brutalmente honesto con los demás. Esto le ha causado severos problemas especialmente con sus seres más cercanos.
1. ¿Un asunto de egos? A pesar de que él no lo niega (adora estar en la palestra), ni siquiera los excesos de Bayly pueden reducirse a una simple búsqueda de la notoriedad. Siempre hay algo más en sus planteamientos. Sí puede ser muy superficial, es verdad, pero solo para deleitarse un tiempo allí en lo llano, donde todo es agitado, pero tampoco le agrada permanecer allí, porque inmediatamente vuelve a divertirse invirtiendo la ecuación y contrastando entonces la serenidad de las profundidades, lo serio de lo hondo, lo agudo y lo penetrante con lo trivial de lo ligero intrascendente. Así de compleja puede ser la personalidad de este siempre incómodo personaje que es Jaime Bayly, amado por unos y detestado por otros. “Un activista del ego”, un “sátiro con cara de niño”, un “militante de la provocación”, como ha preferido describirlo su colega, el escritor y poeta venezolano Leonardo Padrón, de cuya séptima edición de su imprescindible libro “Los imposibles”, hemos tomado estas citas para hacer este breve perfil del laureado escritor limeño, por demás tres veces merecedor del Premio Emmy de televisión.