El humorista José Ordóñez cuenta cómo logró la hazaña de hacer reír tres días y medio, sin parar.

Cuando el humorista colombiano José Ordóñez se convirtió al protestantismo en 1998, tuvo que decirle adiós a la comedia durante varios años. Era una exigencia de los pastores de su Iglesia, que no entendían entonces que se pudiera predicar siendo gracioso.

“Fue un error terrible –dice Ordóñez-, porque no era mi esencia. Me costó mucho hacerle entender a la Iglesia cristiana que yo podía aportarle desde mi talento. Un día me cansé de predicar tan serio, con una Biblia pesada en la mano, y empecé a meterle gracia, chistes, y así voy por todo el mundo. Hoy no sé decir si soy un pastor comediante o un comediante pastor”.

Ordóñez, de 46 años y casado hace 25 años con Yasmith Correa, mamá de sus hijos Tatiana, José Daniel, Andrés David y María Juliana, es pastor de matrimonios de su Iglesia en Miami (Estados Unidos) y “hombre enamorado de una sola mujer”, insiste. De hecho, cuando completó la hora 60 de su récord de 86 contando chistes en vivo y en directo, él le pidió que renovaran sus votos.

A medida que se acercaba ese momento la adrenalina iba espantando el sueño y el cansancio que tenía acumulados. “Después de contar un muy buen chiste me detuve, me levanté, la tomé de la mano, le pedí que caminara conmigo al escenario, me arrodillé, le di a mi muñeca las gracias por tantos años de felicidad y le pedí que siguiera acompañándome, por el resto de mi vida”, dice.

El humorista tras el recordado programa de televisión ‘Ordóñese de la Risa’ y quien dio vida a personajes entrañables como Benito, Tanainas, Celio y Pedro Remalas, que además protagonizan la mayoría de sus chistes, habló con EL TIEMPO sobre los detalles de su récord número once contando chistes, que cumplió entre las 8:00 de la mañana del viernes 5 de diciembre y las 10:00 de la noche del lunes 8 de diciembre.

Lea la entrevista en:

EL TIEMPO

 

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