De madre árabe pero criada en Madrid, a Imán no le importa decir de sí misma medio en broma que es una “cazafortunas”. Mujer, deja algo para las demás. Otra declaración suya destacada es que el dinero es su mejor amigo, y desde luego si sigue publicando esas imágenes no le van a salir muchos de carne y hueso entre las clases mayoritarias.

Ha vivido en Suiza, en Australia y en Dubái, tiene su propia firma de moda y hay fotos suyas en fiestas de Dior, Polo Cartier o en la Paris Fashion Week. Sin embargo, como aclaran en la versión Disney de ‘La bella y la bestia’ mientras la protagonista baila con el príncipe más guapo y cachas imaginable en su enorme palacio, la auténtica belleza está en el interior. Iman lo demuestra compartiendo la filosofía de saldo de Paulo Coelho contra la “gente negativa” y abrazando algún que otro árbol para la cámara de fotos de algún esforzado secretario, signo inequívoco de que vive en contacto con lo básico, como tú y como yo. Aunque el árbol parezca una palmera de algún ‘resort’ privado donde hasta los pajarillos sirven cócteles en frac.
Más acorde, prejuzgamos, con su ideología real, es esta otra frase para el mármol que nos regala desde su muro, escrita sin más sobre fondo rojo, porque cuando algo es muy real y muy profundo no necesita adornos como las joyas, los pechos o los zapatos millonarios que inundan cada rincón del resto de su perfil: “Cuando eres auténtico, algunos te amarán, otros te odiarán, pero TODOS te mirarán”. Y de eso se trata, ¿no? Un poco en la línea de Oscar Wilde pero con más colorido.
EL CONFIDENCIAL