Para muchos fue un genio. La escritora británica Virginia Woolf murió hace 75 años tras una larga lucha con su salud mental. Woolf, una de las principales exponentes del modernismo en la literatura del siglo XX, se suicidó en 1941 a la edad de 59 años. Entre sus obras más famosas están las novelas “La señora Dalloway” (1925), “Al Faro” (1927), “Orlando” (1828) y “Las Olas” (1931). Y en su ensayo “Una Habitación Propia” (1929), expone las dificultades de las mujeres que querían consagrarse a la escritura en un mundo entonces dominado por los hombres. “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción”, declaró.
Woolf fue miembro del influyente grupo de intelectuales londinenses, el Grupo de Bloomsbury, el cual ayudó a dar forma a la cultura británica de principios de siglo XX.
El último día
En los archivos de la BBC encontramos los testimonios de los amigos, parientes y del esposo de Virginia Woolf, quienes hablan de cómo fueron las últimas horas de la autora aquel 28 de marzo de 1941, cuando decidió acabar con su vida. “Cerca del medio día descubrimos que (Virginia) había desaparecido”, relata Louie Mayer, la cocinera de los Woolf, que vivían en el poblado de Lewes, en Sussex, en el sur de Inglaterra. “Yo estaba cocinando una pierna de cordero con salsa de menta que a ella le encantaba”.
Mayer habló con la BBC en 1970 sobre lo que ocurrió aquel día.
“En ese entonces solíamos tener campanas para llamarlos a comer. Y yo toqué la campana y el señor Woolf entró al comedor”.
“En la mesa vio dos notas escritas, una tenía su nombre, Leonard, y la otra era para la señora Bell, Vanesa Bell (hermana de Virginia)”.
“Él tomó la suya rápidamente, la leyó y me dijo: ‘Louie, ¿hacia dónde se fue la señora Woolf? Creo que pudo haberse suicidado'”.
Una hora antes, Leonard había visto a su esposa en su estudio y ella le había dicho que planeaba salir a caminar.
De hecho, la escritora sólo cruzó su jardín, caminó hacia el río y allí se ahogó.
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