“Todavía me divierto mucho cuando me pongo delante de la cámara en una sesión de fotos, pero ya no me interesan los desfiles de moda. Creo que la última vez que pisé una pasarela, pedí una copa de champán y me dijeron que no había alcohol en todo el recinto. Me enfadé muchísimo y dije que ya no volvería a desfilar. Además, estamos hablando de un sector que ha cambiado mucho y que no tiene nada que ver con el de mis tiempos. Ahora las chicas se levantan a las seis de la mañana para nadar y son demasiado sanas”, reveló al diario canadiense The Globe and Mail.
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