Debido a la paralización en la actividad comercial, el cierre de refinerías y las dificultades de la población para retomar su vida cotidiana, los huracanes Harvey e Irma podrían asestar un gran golpe a la economía de Estados Unidos.

Harvey paralizó una quinta parte de la capacidad de refinación de crudo de la nación y redujo considerablemente la producción de combustibles, según Bank of America Merrill Lynch.

Por otra parte, Irma obligó a cerrar plantas petroquímicas, lo que merma la producción de plásticos, y cesar de “emergencia” operaciones en dos plantas nucleares, lo que ocasionó que varios hogares se quedaran sin el servicio eléctrico.

Ante el impacto significativo de estos dos factores naturales, la Casa Blanca ha suspendido, al menos temporalmente, las discusiones sobre las sanciones económicas a Venezuela por preocupaciones de que reduzca el suministro de petróleo, lo que afectaría a los estadounidenses promedio que batallan por la devastación causada por Harvey e Irma.

“La Casa Blanca quiere apretar la tuerca a Maduro, pero no a costa de los conductores en Estados Unidos”, dijo un ex funcionario del Consejo de Seguridad Nacional familiarizado con el tema, según el diario El Nuevo Herald.

Según dos altos funcionarios federales, el equipo de Trump quiere ver cómo la última ronda de sanciones afecta a Caracas. Y antes de imponer sanciones al sector petrolero venezolano, Washington también necesita determinar cómo ello afectaría a los consumidores de gasolina y al sector del crudo en Estados Unidos, que todavía no se ha recuperado del impacto de Harvey e Irma.

“Estamos al tanto de la situación”, dijo el alto funcionarios del efecto de los huracanes en los suministros petroleros. “Lo que tenemos que observar es cómo las refinerías de la región responden a los daños y qué significa eso para los precios en Estados Unidos”.

VENEZUELA AL DÍA

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