El Gobierno estadounidense anunciará este martes su retiro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) para apoyar a Israel por las críticas del organismo para con ese país.
Las autoridades que darán el anuncio de retirarse son el secretario de Estado Mike Pompeo y la embajadora ante la ONU, Nikki Haley, según información del portal web Infobae.
Con esta decisión el presidente estadounidense Donald Trump “cumpliría” la promesa de sacar a su país de la organización.
Este será el último de una serie de retiros importantes del país de entendimientos multilaterales.
También marcaría la primera vez desde que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU se formó en 2006 en la que un miembro activo del organismo decide retirarse voluntariamente.
Estados Unidos está en el ecuador de un mandato de tres años en el organismo, formado por 47 países cuyos asientos se reparten en grupos regionales, en un proceso de selección rotatorio, según información de la agencia de noticias EFE.
Hace un año, Haley instó al Consejo a emprender una serie de cambios, entre ellos “evitar que los peores países violadores de los derechos humanos obtengan una silla”.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU también exigió que el Consejo eliminara el punto 7 de su agenda, dado que aborda exclusivamente las violaciones de derechos humanos en Israel.
El previsto anuncio llega un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunciara la separación de cientos de niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de EE.UU. en los últimos meses.
Haley reaccionó vehementemente ante esa denuncia, al asegurar que “ni Naciones Unidas ni nadie más van a dictar cómo Estados Unidos defiende sus fronteras”.
“Una vez más, Naciones Unidas muestra su hipocresía señalando a Estados Unidos mientras ignora el censurable historial de derechos humanos de varios miembros de su propio Consejo de Derechos Humanos”, subrayó la embajadora estadounidense.
Los activistas de derechos humanos temen que una retirada de EE.UU. afecte a los fondos del Consejo, dado que Washington hace aportaciones para que sus mecanismos de investigación y supervisión en el mundo puedan operar.