La ola populista ha arrasado también al primer ministro italiano, Matteo Renzi, que este lunes presentará su dimisión al presidente de la República, Sergio Mattarella, tras sufrir una dura derrota al ver rechazada su reforma constitucional: ganó el «No» por 59,8 por 100, frente al «Sí» que obtuvo el 40,2 por 100.
«No he logrado llevar el ‘sí’ a la victoria, la poltrona que salta es la mía. La experiencia de este gobierno termina aquí. Reuniré en la tarde el Consejo de ministros y después presentaré mi dimisión al presidente de la República», dijo Renzi visiblemente emocionado en un discurso de unos diez minutos, que inició pasada la medianoche. Renzi subrayó que no tenía «remordimientos» y habló de «fiesta de la democracia», teniendo en cuenta que la afluencia a las urnas ha sido extraordinaria (rozó el 70 por 100). «Ahora toca a quien ha ganado hacer propuestas serias», dijo Renzi, en clara referencia a la necesidad urgente de elaborar una ley electoral, para ir a elecciones cuanto antes, como exigen los ganadores con el «no». Tras hacer un balance positivo de sus 1000 días de gobierno, que se cumplieron el 18 de noviembre, Matteo Renzi destacó que se asumía toda la responsabilidad de la derrota. Matteo Renzi ha querido inspirar cierta sensación de calma, subrayando que el gobierno seguirá en funciones para aprobar, entre otras medidas, la ley de presupuestos en el Senado. Visiblemente emocionado, casi hasta las lágrimas, acabó con un agradecimiento a su mujer Agnese y a sus hijos.
Entra en juego el presidente de la República
La derrota sin paliativos de Renzi supone abrir una nueva fase política en Italia, que se verá dominada por la inestabilidad. En esta etapa jugará un papel fundamental el presidente de la República, Sergio Mattarella, que intentará evitar el vacío de poder, con la formación de un gobierno puente, con la misión fundamental de hacer una ley electoral, hasta las próximas elecciones, que podrían ser en primavera. En principio, Mattarella podría encomendar a Renzi esta misión, pidiéndole que continúe como primer ministro por un breve periodo de tiempo, con el fin de que resuelva los asuntos más urgentes que tiene el país, como la ley de presupuestos, que debe ser aprobada por el Senado, además de elaborar la nueva ley electoral. Pero la derrota de Matteo Renzi ha sido tan abultada, muy por encima de lo previsto, que puede preferir dejar Palacio Chigi cuanto antes. En este caso, Mattarella podría encargar a otra persona la formación de gobierno, con ese programa de mínimos: Presupuestos y nueva ley electoral. Las dos personas más señaladas en los medios para suceder temporalmente a Renzi son el ministro de Infraestructuras y Transportes, Graziano Delrio, un médico que ha sido ministro de máxima confianza de Renzi. También forma parte destacada en las quinielas el titular de Economía, Pier Carlo Padoan, un ministro con prestigio exterior lo que podría servir para dar confianza a los mercados, en los que habrá incertidumbre y movimientos especulativos. no se descarta que Matarella intente también la formación de un gobierno institucional presidido por el presidente del Senado, Pietro Grasso.
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