El Departamento de Estado de la administración de Barack Obama maniobró para ayudar a la estabilización del régimen de Nicolás Maduro, bloqueando sanciones contra líderes chavistas involucrados en el narcotráfico y promoviendo un desafortunado proceso de diálogo que terminó debilitando a la oposición venezolana, dijo el ex subsecretario de Asuntos Hemisféricos, Roger Noriega.
“Hubo una estrategia por parte de diplomáticos de alto rango [de la administración de Obama] que buscaba favorecer la estabilidad del gobierno de Venezuela a costo de la seguridad de los Estados Unidos”, manifestó Noriega, quien también se desempeñó como embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Esta fue una estrategia aplicada desde el Departamento de Estado que incluso era cuestionada dentro de la propia administración, particularmente en su insistencia de empujar a la oposición venezolana a sentarse en una mesa de diálogo con el régimen, propuesta que involucraba suspender sus esfuerzos por destituir a Maduro.
En declaraciones al diario británico The Guardian, el principal asesor de seguridad sobre América Latina del presidente Obama, Mark Feierstein, dijo que varias agencias estadounidenses habían intentado meses atrás aplicar sanciones contra El Aissami bajo sospecha de que era una de las principales fuerzas detrás del narcotráfico en Venezuela.
Al bloquear las sanciones, el Departamento de Estado también argumentaba que podrían entorpecer los esfuerzos diplomáticos emprendidos para conseguir la liberación de Joshua Holt, ciudadano estadounidense arrestado por el régimen bajo cargos inverosímiles de terrorismo.
Pero no todos dentro de la administración de Obama estaban de acuerdo con esa estrategia, dijo Noriega.
“En las últimas semanas me he reunido con funcionarios que formaban [parte del equipo de] Barack Obama, que no podían entender qué era lo que el Departamento de Estado estaba tratando de hacer”, dijo Noriega.
“Algunas de estas personas dentro de la administración de Obama, que habían estado a favor de las sanciones, estuvieron cuestionando la ejecución de un diálogo con Maduro”, agregó.
Cuestionamientos como éstos generan preguntas sobre la actuación de Thomas Shannon, el enviado especial de Washington a Venezuela, quien dominó la política estadounidense hacia el país petrolero durante los últimos dos años.
Fuentes de la oposición le dijeron a el Nuevo Herald que el diplomático fue uno de los principales promotores del diálogo, y que su gestión fue fundamental para que algunos dirigentes políticos que tenían dudas sobre las negociaciones con Maduro terminaran sentándose en la mesa conversaciones.
“Thomas Shannon terminó impulsando un diálogo que no dio resultado”, manifestó Lilian Tintori, esposa del arrestado dirigente político Leopoldo López, en una entrevista con CNN.
Durante la entrevista, Noriega manifestó que la administración de Obama pareció haber estado centrada en apostar a la estabilidad de Maduro para evitar la volatilidad que podría conllevar un cambio de régimen en el país.
Ese deterioro económico y político ha tenido muy duras repercusiones sobre la población venezolana, que ahora vive bajo condiciones de penuria y escasez de alimentos y medicinas sin precedentes.
Noriega señaló que la decisión de aplicar las sanciones contra El Aissami, tomada después de la juramentación de Trump pero antes de que el nuevo presidente comenzara a colocar a su equipo, denota que fueron los profesionales de las agencias policiales que se encontraban dentro de la administración de Obama los que procedieron a aplicar la medida.
Al finalmente colocar al dirigente chavista en su lista negra, acción que congela sus activos, el Departamento del Tesoro confirmó que El Aissami juega un importante papel en el tráfico internacional de drogas.
El Aissami facilitó envíos de narcóticos desde Venezuela y ejercía control sobre aviones que despegaban desde una base aérea venezolana, además de controlar las rutas de droga que salía por puertos venezolanos, dijo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), unidad del Departamento del Tesoro.
El vicepresidente, quien asumiría la presidencia de Venezuela si Maduro dejara el poder, también fue acusado de proteger a otros narcotraficantes y de trabajar con carteles mexicanos y colombianos, indicó el anuncio de la OFAC.
Pero El Aissami no es el único integrante del régimen bolivariano que está inmerso en el narcotráfico, dijo Noriega, quien abogó a favor de que los organismos policiales continúen procesando judicialmente a los líderes del chavismo que controlan el negocio de la droga en Venezuela.
Y la lucha contra el narcotráfico también tiene que ser acompañada por una estrategia hemisférica para ayudar a Venezuela a retornar al camino de la democracia.
“Esta acción del Tesoro es un buen inicio, pero tiene que ser implementada en el marco de una estrategia diplomática para trabajar con vecinos para lograr que Venezuela se obligada a cumplir con sus viejos compromisos de respetar los principios democráticos y el respeto de los derechos humanos”, añadió.