El pago de sobornos por 98 millones de dólares a funcionarios venezolanos por parte de la empresa brasileña Odebrecht se sumó en 2016 a la larga lista de casos de corrupción multimillonaria en Venezuela, un registro que comenzó en 2001 con las revelaciones del Plan Bolívar 2000 y siguió con la entrega de más de 230 millones de dólares sin control por Cadivi y Cencoex para la importación de alimentos desde 2003, e incluye el robo del Fondo de Pensiones de Pdvsa o las colocaciones irregulares de dinero en el Banco de Andorra en 2015, por solo mencionar algunos.
La impunidad en estos y otros casos graves de corrupción, la actuación permisiva del Estado y los excesivos controles en todos los campos de la vida pública llevaron a Venezuela a ocupar por tercer año consecutivo el último lugar en el índice de percepción de corrupción de transparencia internacional.
“La impunidad y la corrupción forman una relación perversa que va creciendo. En Venezuela cada vez hay más leyes que fomentan la opacidad. La Contraloría General cada día sanciona menos el incumplimiento de las normas de transparencia. Es inexplicable que la Fiscalía venezolana no diga nada respecto a casos tan importantes como Odebrecht, en el que sus directivos aceptaron ante un tribunal que pagaron 98 millones de dólares en sobornos en Venezuela. Todo esto nos indica el poco interés que hay en la lucha contra la corrupción”, indicó Mercedes de Freitas, directora ejecutiva de Transparencia Venezuela.
El índice tiene una escala del 1 al 100, en el que uno es más corrupto y 100 es el menos. De 176 países evaluados, Somalia es el peor ubicado en el mundo con 10 puntos, pero Venezuela es el peor de Latinoamérica y el Caribe con un indicador de 17 puntos. “El objetivo de esta medición es movilizar a los Estados a afinar su lucha contra la corrupción y en muchos casos se ha logrado, pero Venezuela siempre ha estado muy mal posicionada desde su creación en 1995”, dijo De Freitas.
Para 2003 había cinco países peor evaluados que Venezuela en la región: Bolivia, Honduras, Ecuador, Paraguay y Haití. En 2004, Honduras salió de ese grupo; en 2005, solo Paraguay y Haití estaban por debajo de Venezuela; el resto de los años (2006, 2007, 2008, 2009, 2011 y 2013) solo Haití quedó detrás de Venezuela. Ya en 2010 y 2012 Venezuela tocó el último escalón, pero desde 2014 se adueñó de ese lugar. “No hay esperanza de que el año que viene vayamos a tener un mejor lugar, tomando en cuenta la actitud del Estado y las autoridades frente a este flagelo”, señaló De Freitas.
Otros casos recientes que no han sido investigados por el Estado son el desfalco del Fondo de Pensiones de Pdvsa, el pago de comisiones fraudulentas por parte del Bandes y el desvío de 14 millones de dólares de una contratista de Cavim en 2014, por recordar algunos.
Opositores bajo la lupa. En la presentación del indicador participó el periodista de armando.info, Joseph Poliszuk, investigador del caso Odebrecht. Poliszuk afirmó que de acuerdo con reportes de la Policía Federal de Brasil, los funcionarios del Estado no son los únicos envueltos en la trama de sobornos: “Un informe reservado de la Policía Federal indica que al parecer habría dirigentes de la oposición venezolana que también recibieron coimas”.
El experto en prevención del lavado de dinero, Fernando Fernández, citó datos según los cuales “cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se roban 2,6 billones de dólares mediante la corrupción”, y que el PNUD calcula que “en los países en desarrollo se pierde debido a la corrupción una cantidad de dinero 10 veces mayor a la destinada para asistencia oficial para el desarrollo”.
Aunque la víctima directa es el Estado, termina el ciudadano siendo la víctima indirecta y la más sufriente. Por eso no funcionan los servicios, no hay medicinas, no hay alimentación. La corrupción afecta todos los derechos de todas las personas”.
EL DATO
Los 98 millones de dólares que Odebrecht pagó en sobornos en Venezuela desde 2006 a 2015 superan la inversión del Estado en 2015 para el tratamiento gratuito de 61.686 pacientes con VIH-sida, cuando fueron desembolsados 71 millones de dólares para ese fin. Con el monto del soborno también se podrían construir nueve salas de hemodinamia como la que está previsto inaugurar “antes de que concluya enero de 2017” en el Hospital Central de San Cristóbal, según nota de prensa de la gobernación de ese estado.