El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, no asistió hoy a la investidura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de Gabinete de Dilma Rousseff y avivó rumores sobre una inminente ruptura de su partido con el Gobierno.

Según informaron medios locales, Temer se enojó porque junto con Lula juró un correligionario suyo en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el diputado Mauro Lopes, quien asumió como ministro de la Secretaría de Aviación Civil.

Esto fue en contra de la resolución adoptada el sábado en la Convención Nacional del partido, que prohibió a sus integrantes asumir cargos en el Gobierno durante los próximos 30 días. En ese plazo, la Dirección Nacional deberá decidir si la fuerza política abandona o no la coalición oficialista.

Según sostiene el portal del diario “O Estado de Sao Paulo”, el comando nacional del partido centrista anticipará incluso la reunión prevista para tratar del asunto, con la intención de acelerar la ruptura con el Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

Para Temer, presidente nacional del PMDB, el hecho de que Rousseff le ofreciera a Lopes la cartera aún sabiendo de la decisión del partido es una “afrenta”.

De acuerdo con la versión periodística, el propio Lula y el ahora ex jefe de Gabinete Jaques Wagner, quien asumió la dirección del despacho de la Presidencia, hablaron el miércoles por la noche con Temer para pedirle que acudiera a la ceremonia.

Pero Temer se negó a asistir a una ceremonia que chocaba de frente con una resolución aprobada por su partido, añade el medio.

De concretarse, la eventual pérdida de apoyo de su mayor socio sería un fuerte golpe para el Gobierno de Rousseff, que atraviesa su peor momento.

Entre otras consecuencias negativas, la salida del PMDB puede catapultar la destitución de Rousseff a través del proceso que se tramita en el Congreso.

Dicho proceso, que fue iniciado el año pasado pero estaba en suspenso a la espera de que la Corte Suprema definiera el protocolo a cumplir, arrancó oficialmente hoy con la instalación de una comisión especial que evaluará si amerita la apertura del juicio contra Rousseff.

Los votos del PMDB, quien junto al PT posee las mayores bancadas tanto en la Cámara Baja como en el Senado, son cruciales para que el oficialismo pueda evitar el avance del proceso.

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