El perfomance ha sido presentado durante cinco años con el fin de representar un símbolo de pureza, eternidad y paz. La coreografía es de Jacqueline Buglisi, quien era la bailarina principal de Martha Graham. También participan tres flautistas, dos percusionistas y tres sopranos
Hace 15 años una serie de atentados suicidas, perpetrados por miembros de la red Al Qaeda, acabaron con la vida de aproximadamente 3.000 personas y dejaron más de 6.000 heridos. Provocaron la destrucción del entorno del World Trade Center, en Nueva York, y daños en el Pentágono. Fue la catapulta de la guerra de Afganistán y de la medida del gobierno de Estados Unidos de crear la campaña “Guerra contra el terrorismo”.
Más allá de los problemas políticos que surgieron, el recuerdo de la muerte es lo que quedó en la consciencia colectiva del país: saber que solo con decisiones arbitrarias es posible asesinar a miles de ciudadanos inocentes. Es por ello que hoy vuelve a ser presentado el tributo a la paz “Table of silence“, el cual ha sido ejecutado desde hace cinco años con el fin de conmemorar a quienes murieron sin derecho a defenderse.
Esta vez la venezolana Ximena Borges es la encargada de la dirección musical y una de las sopranos. Se ha hecho famosa por construir composiciones utilizando diferentes sonidos que conjuga con su voz lírica.
La coreografía es de Jacqueline Buglisi, quien era la bailarina principal de Martha Graham.
El performance consiste en una procesión meditativa de más de 100 bailarines vestidos de blanco, que forman círculos concéntricos y “laberintos de paz”, representando un símbolo de pureza y eternidad. También participan tres flautistas, dos percusionistas y tres sopranos.
El nombre “Table of silence” fue inspirado de una escultura de Constantin Brâncuşi y de una instalación de la ceramista italiana Rosella Vasta.