Los problemas de salud del admirado director de orquesta estadounidense, James Levine, le han obligado a dejar el puesto de director artístico de la Ópera Metropolitana de Nueva York (Metropolitan Opera House) después de 40 años en la institución. Desde su debut como director musical en 1976, cuando la financiación y la buena reputación escaseaban en la ópera neoyorquina, ha conseguido dotarla de un reconocimiento y una reputación universal. De ahí que Levine confiese que, durante más de cuatro décadas, el Met ha sido su “casa artística” y que está “tremendamente orgulloso” de todo lo que han sido capaces de lograr.
El director ha estado luchando contra sus problemas de salud desde hace algunos años. Ha sido operado en varias ocasiones y, en 2011, sufrió una lesión de médula que le hizo perderse dos temporadas completas. A pesar de esto, siempre ha sacado fuerzas para volver al escenario, incluso, en silla de rueda motorizada. En esta ocasión su mayor problema deriva del Parkinson, ya que en los últimos meses su cuerpo se volvió a rebelar y las complicaciones con la enfermedad han hecho al director tomar esta dura decisión.