Con la amenaza de allanar la inmunidad parlamentaria de Julio Borges, el intento de secuestro de Leopoldo López en la cárcel de Ramo Verde y la detención del Alcalde Mayor Antonio Ledezma el gobierno busca crear un clima de violencia general que le permita impedir las elecciones parlamentarias. La velocidad e impacto de estos incidentes criminales ha soslayado el monstruoso asesinato de dos estudiantes en Mérida, que sin duda persigue el mismo fin. Es el paso siguiente de lo que se llamará en la picaresca política “el golpe del Tucano” y hay que estar preparados para él y los siguientes, que gobernantes desesperados e incompetentes cocinan. Es una situación de peligro extremo porque quienes dirigen el gobierno, aparte de que carecen de cualquier capacidad para enfrentar la crisis económica y tienen el rechazo masivo del país, no poseen ninguna contextura moral y son capaces de cualquier cosa. Frente clima tan delicado, los partidos y las fuerzas de cambio mantienen su espíritu de combate y afirman su estrategia pacífica, democrática y electoral. Ellos están presentes en la lucha de todos los días y eso ha provocado la crisis de histerismo que presenciamos. El gobierno sabe que está atrapado sin salida si los venezolanos tienen la posibilidad de pronunciarse electoralmente y perderán frente a una voluntad democrática masiva. Es momento de invitar al pueblo chavista a frenar la locura de los que traicionaron sus promesas, de cuidar la vida de los venezolanos de aquellos para quienes la vida de los ciudadanos no vale nada y dejar claro al gobierno que seguiremos adelante. Si se atreven a suspender las elecciones, un nuevo golpe de Estado, tendrán que enfrentar las consecuencias nacionales e internacionales. La alternativa no hará nada para ayudarlos en sus planes siniestros. Maduro y Cabello deberían tomarse un vaso de agua antes si piensan desatar una ola represiva, una matazón,o afectar la integridad física de dirigentes opositores. El mundo sabe que las vidas de Borges, López, Ledezma y los demás dirigentes, está en sus manos