“Nunca podrás devolver la vida a los niños muertos en los hospitales por no tener medicinas, nunca podrás desanudar de tu pueblo tanto sufrimiento, tanta intimidación, tanta miseria, tanto desasosiego y angustia”. Carta del Secretario General de la OEA, Luis Almagro al presidente Nicolás Maduro (26/5/2016). Finalmente, en la OEA se activó la Carta Democrática para Venezuela. El Secretario General, el uruguayo Luis Almagro, presentó un informe de 132 páginas que concluye que el organismo debe atender a la “alteración del orden constitucional” que “afecta gravemente el orden democrático de Venezuela”. Convoca a un Consejo Permanente de los estados miembros que se reunirá entre el 1° y el 20 de junio, activando así un proceso que podría determinar acciones diplomáticas, sanciones o la más severa: la exclusión de Venezuela de la OEA. Sin embargo, la aplicación de la carta es fundamentalmente diplomática, moral, de ayuda al país miembro cuya democracia está en peligro. No es una intervención militar pero una condena de la OEA tendría consecuencias internacionales negativas para el país. “La Secretaría General de la OEA -concluye el informe de Almagro- considera que la crisis institucional de Venezuela demanda cambios inmediatos en las acciones del Poder Ejecutivo (…) a riesgo de caer en una situación de ilegitimidad”. Menciona expresamente las violaciones a la constitución, equilibrio de poderes, integración del poder judicial, violaciones a derechos humanos y a los procedimientos para la realización de un referendo revocatorio. Especialmente habla el informe Almagro de la grave crisis humanitaria que vive el país. De modo que son dos los detonantes de la activación de la Carta Democrática contra el gobierno de Venezuela (ya que la OEA es más una reunión de gobiernos que de la sociedad de esos países): 1) la ruptura del orden constitucional, manifiestamente declarada por el presidente Maduro en su abierta desobediencia a la Constitución y por el poder judicial, al sentenciar inconstitucionales todas las leyes emitidas por la Asamblea Nacional y 2) la crisis humanitaria que viven los venezolanos, sin comida, medicamentos, asistencia médica, servicios básicos y azotados por la inseguridad personal y jurídica. Por primera vez en la historia de la OEA, el secretario general echa mano del artículo 20 y toma la iniciativa de convocar al Consejo Permanente a corto plazo, para tratar la crisis venezolana. Sin duda que el informe de 35 páginas con 20 anexos que le entregó la Asamblea Nacional no tiene una letra de desperdicio, más aún cuando los medios internacionales están informando con urgencia de la gravísima situación que afrontan los venezolanos. Esta semana un programa de Antena 3 de España reseñó las protestas y colas por comida y medicamentos, manifestaciones por carencia de servicios, violencia y anarquía en las calles, inseguridad y crimen a granel, saqueos de gandolas y almacenes. La declaración del mismísimo Defensor del Pueblo Tareck William Saab, diciendo “hay que atender de inmediato abastecimiento de medicinas y alimentos”, contrasta con las soluciones que ofrece un gobierno que se niega a recibir ayuda humanitaria del exterior para no reconocer su criminal fracaso. Esas soluciones son las siembras urbanas, que cada quien siembre en su balcón o jardín lo que se va a comer, y repartir la escasa comida a través de los CLAP, unos comités formados por miembros del PSUV y consejos comunales oficialistas, que tienen una marcada preferencia en la asignación de bolsas de comida a quienes son leales a Maduro. Como se ve, las soluciones del gobierno también son un problema. Los operadores políticos del gobierno y las rectoras del CNE se ocupan de tirotear la única salida constitucional y rápida para esta negra situación. El referendo revocatorio no encuentra sino peros que ignoran la voluntad y el imperio de la inmensa mayoría de los venezolanos. Hacen declaraciones escandalosas descalificando las firmas, poniéndole fecha al referendo para 2017. Jorge Rodríguez trata de quebrarle las alas a la oposición diciendo que hay 10.000 firmas de muertos, pero no dice que si eso fuera cierto, serían apenas el 0,5 % de las casi 2 millones de firmas entregadas por la MUD. La intermediación internacional para un diálogo, al que el gobierno accedió para ganar tiempo ante la inminencia de la activación de la Carta Democrática y para distraer la atención del revocatorio, hizo un intento de instalarse en República Dominicana el pasado fin de semana. Proponiendo ese territorio neutral, el ex presidente español Zapatero jamás sentó en la misma mesa a ambas partes. La discreción que necesitaba ese movimiento fue rota por el gobierno, cuando regó en las redes su rechazo al perseguido Carlos Vecchio, de VP, como parte de la comisión unitaria. La MUD aclaró que la reunión no tendría secretos y en comunicado publicó los 4 puntos que exigen para que haya un diálogo con resultados: 1) la realización de un referendo revocatorio 2) liberación de los presos políticos y regreso de los exiliados 3) aceptar la ayuda humanitaria externa para Venezuela y 4) respetar a la Asamblea Nacional y a la Constitución. Claramente el gobierno está pendiendo de un hilo, no porque le vayan a dar ningún golpe sino porque él no da los tres golpes a los venezolanos. Sin desayuno, almuerzo ni cena, sin acceder a una canasta básica que ya está en 256.000 bolívares, que si no los mata la inseguridad los mata el hambre y la necesidad, difícilmente puede darle soporte a un gobierno que ignora intencionada y malvadamente los gritos desesperados de su pueblo. Ya sin apoyo popular, el gobierno busca sostenerse con el respaldo militar (de algunos, si vemos las críticas de Clíver Alcalá Cordones y R. Rodríguez Torres) y de sus magistrados de la Sala Constitucional, muy afectos ellos. Ya las primeras reacciones de Maduro las expresó en una cadena vociferante en la cual mandó a Almagro a enrollar la carta democrática y metérsela por donde le quepa (¡qué lindo!), insultó a Rajoy, aclaró que es él quien dirige la política internacional y no la AN, y amenazó con demandar a la directiva por usurpación de funciones. El comunicado de la canciller Delcy no es mucho más fino que esto. Pero pese a este pataleo hay una verdad inocultable: el gobierno venezolano no tiene apoyo nacional ni internacional. La calle está explotando y la respuesta oficial es criminalizar la protesta de la impaciente ciudadanía, bloquear la salida pacífica y electoral del revocatorio, acosar a la AN, perseguir a los opositores y pelearse con países amigos. Sin capacidad, preparación personal ni soluciones para el grave conflicto del país, el polvorín le estallará en la cara a este presidente que jamás entendió su responsabilidad con los venezolanos.

Aquí entre nos
La canciller fue a la OEA a negar la crisis venezolana. Después que Almagro pidiera activar la Carta Democrática para Venezuela escribió en su Tw: “Ante su indignidad y falta de coraje solo le queda cobijarse genuflexamente en las botas bélicas de su dueño estadounidense! #FueraAlmagro”.Hasta el próximo miércoles.

@charitorojas

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1 COMENTARIO

  1. Buenisimooooooooooooo "La MUD aclaró que la reunión no tendría secretos y en comunicado publicó los 4 puntos que exigen para que haya un diálogo con resultados: 1) la realización de un referendo revocatorio 2) liberación de los presos políticos y regreso de los exiliados 3) aceptar la ayuda humanitaria externa para Venezuela y 4) respetar a la Asamblea Nacional y a la Constitución. Claramente el gobierno está pendiendo de un hilo, no porque le vayan a dar ningún golpe sino porque él no da los tres golpes a los venezolanos. Sin desayuno, almuerzo ni cena, sin acceder a una canasta básica que ya está en 256.000 bolívares, que si no los mata la inseguridad los mata el hambre y la necesidad, difícilmente puede darle soporte a un gobierno que ignora intencionada y malvadamente los gritos desesperados de su pueblo."

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