Ya casi al final de la campaña por llegar a ser el candidato de uno de los partidos más importantes de los Estados Unidos, Trump sigue capitalizando seguidores con algunos sentimientos que se encuentran adentro de los seres humanos (a Dios gracias son pocos) pero que a veces se piensan y jamás se dicen, y eso preocupa a muchos…
He tratado de esperar algún tiempo para ver cómo se movían y reaccionaban los latinos y las demás minorías ante la manifestación más provocadora y descarada de tiempos recientes en los Estados Unidos, ejercida sobre la principal minoría, y no se escuchó nada de contundencia, que lo reclamé y repudié enérgicamente, me voy a referir a un aspecto específico.
Trump, sin ninguna consideración, de manera desmedida y muy bien premeditada, se lanzó una campaña y muchos discursos, en contra entre otros de los mexicanos residentes en los Estados Unidos, actuando como amo y señor del mismo Imperio. Lo grave de su discurso es que está calando entre muchos por ahora descontentos con las políticas de los últimos tiempos de ese país , que pudieran convencerse que los mexicanos son los culpables de la crisis.
Gabbles, ministro de propaganda de Hitler, en febrero de 1943 logró el efecto psicológico entre quienes los escuchaban, y de manera subliminar en un principio consiguió que el discurso de Hitler funcionara, no quiero equipararlo con estos personajes más las técnicas son calcadas al carbón y he allí el peligro.
Solo Jorge Ramos en su momento ha tenido la voluntad y coraje de decirle en su cara “usted de qué va”, y lamentablemente a esa actitud de héroe le han salido críticos, y lo peor aún que muchos de ellos son latinos y mexicanos (when money talks……. ). No comprendo como los generadores de opinión, los grandes líderes, los científicos, poetas, cantantes ,artistas latinos, las tantas plumas y las diferentes organizaciones no han abierto un debate como debe ser por lo grave de ese discurso y no desenmascaran a Trump. ¿Dónde están las minorías? Los que sufrieron en el pasado gritando por allí no es la cosa, no hay quejidos , pero vendrán lamentos…
Señor Trump, permítame desde la distancia preguntarle: ¿Sabía usted que no hay “gringos de pura sepa”? ¿Sabía usted que uno de los países integrados con la mayor mezcla para bien de razas son los Estados Unidos? ¿Saía usted que los españoles llegamos, antes de que existieran los gringos y fundamos en 1565 la primera ciudad y la más antigua del imperio? ¿Sabía usted que en 2002, los latinos se convirtieron en la mayor minoría en los Estados Unidos y que ellos pueden paralizar su proyecto con solo capitalizar las tonterías de su discurso y de los mensajes de odio? ¿Sabía usted que en “su país” residen más de 700 mil veteranos de guerra de origen mexicano? ¿Sabía usted que hay casi 40 millones de mexicanos que viven en “su país “ y que 7 de cada 10 de ellos, conservan sus costumbres tradiciones hablan español en sus casas y están muy molestos, irritados y triste con su actitud? ¿Sabía usted que muchos historiadores se repreguntan cómo se logro anexar a la unión a Texas, Nuevo México, Arizona, Nevada, Colorado y buena parte de otros estados, y que en esos estados es donde eta la mayor concentración de mexicanos que hoy son extranjeros en su propia tierra? ¿Sabía usted que hay millones de interrogantes como las anteriores?
Le escribo pues el dolor no me es indiferente, por la inocencia de esa pobre gente; “en toda época hubo un monstruo grande que pisa fuerte…” Usted sabe muy bien lo que hace, áas no ha medido las nefastas consecuencias que a futuro ello pueda producir.
Señor Trump, educadamente le doy un consejo, que probablemente todavía no sabe, ”el demonio sabe mucho más por viejo que por ser el rey de todos nuestros males” no lo invoque, no se vaya de bruces en busca de delirio de grandeza, pues la vida endereza. Hoy en día los cheques al portador de esos discurso están vencidos y espero que en su pueblo la moneda nunca compre el sentimiento. A veces el problema radica en decir lo que se piensa sin pensar lo que dice.
En un mundo globalizado sus ideas comprometen a los que estamos fuera, y entonces la voz de alto es válida cuando retumba y desde la distancia.
Sabe algo, me preocupa y sensibiliza que nada se diga en su afán por llegar a la presidencia y en sus tantas intervenciones, sobre los niños (americanos) que también mueren de hambre en su país, y del sufrimientos que es mayor para sus madres, de los cientos de eventos que se han producido por causa de la venta libre de armas, de las mentes que entran a un colegio o a un cine y asesinan a inocentes, por los miles de lobos solitarios que se están formando en su país.
Señor Trump respete a una minoría que ha logrado que sus empresas y su país estén en prosperidad, respete a los que con sacrificio buscando su sueño desprendiéndose muchas veces de sus seres queridos ponen a los Estados Unidos en movimiento, muchas veces mientras usted esta en sus dulces sueños.
Señor Trump la carrera presidencial de un país tan hermoso y grandioso como los Estados Unidos es más que un certamen de belleza, no ofenda al noble gentilicio norteamericano que no se lo merecen.
David Bittan Obadia