No hay información certera y abierta sobre la situación de las dos puntas de la polarización política venezolana. Aunque para ser justos no hay dos partes solamente en esta partida. Hay tres, como es sabido desde hace tiempo. Un pedazo de la torta es el disminuido chavismo calculado ahora mismo en alrededor de 22%. Otro pedazo es de la oposición concentrada en partidos políticos y alcanza aproximadamente un 25%. Y, finalmente, la tercera pata de la mesa, la más grande. Son los llamados independientes, cuya inclinación va más hacia la oposición aunque también le mete al chavismo de vez en cuanto. Este lote anda por 35%.
Todos los números promediados, según las encuestadoras más importantes. En todo caso, son los no militantes (mal llamados Niní) quienes deciden elecciones en estos momentos. Como ocurrió el seis de diciembre, con una buena ayuda del chavismo descontento y en plan de regreso a donde salieron: AD y Copei.
Los no alineados o no militantes no tienen compromiso con nadie y van ajustando su línea de carrera a las conductas de los dos polos principales. Son más chavistas o son más opositores dependiendo de cómo baten el cobre las dos tajadas. Ahora mismo el chavismo se las ve muy mal por la pésima gestión que aflora con todos sus defectos por todos los rincones del país. No hay que recordar lo que para la gente es su sufrimiento diario. Eso está ahí, como latigazos en la espalda de los venezolanos. Y por mucho que los propagandistas del gobierno afirmen que se trata de una guerra económica, de sabotaje de la derecha, de ataques traicioneros de España y Europa o de la mano peluda del imperio, la gente está clara y culpa con toda razón y puntería al único culpable: la revolución chavista que se dice de izquierda aunque es la más extraña del mundo, pues tiene líderes multimillonarios y es la que más ha atacado y afectado a los pobres. Basta ver los números del 6D, rodeado de trampas legales como el despojo de los parlamentarios de Amazonas, para corroborar que el pueblo está en trámite de divorcio con el chavismo. Y, por su parte, el chavismo, limpio de perinola no tiene mucho que regalar para amarrar votos, pero sí mantiene los regalos al exterior, especialmente a Cuba y a los Castro. Es dable decir, entonces, que ahora mismo la mayoría de los votos de este sector no alienado irían en contra del gobierno. Pero eso nos lleva directamente a las dos tajadas tradicionales.
Se dice que esto es lo que ocurre dentro de las partes que pretenden orientar y mandar en lo que queda de país. Es la procesión por dentro. Veamos primero al chavismo.
Los rojos están recontra divididos, aunque algunas acciones de la oposición o del extranjero los reunifican. Hay los pegados al enchufe principal. Están los militaristas. Aparecen con fuerza los civiles. También están los que luchan seriamente contra la corrupción. Están los que consideran que se perdió el espíritu original de Chávez. Están los públicamente disidentes. Están los arrimados por plata. Están los que quieren diálogo, pero también están los radicales que no quieren sino palos y piedras. Están los que tienen miedo de dejar el poder ante posibles acciones judiciales que supuestamente están como caimán en boca e’ caño en el exterior. Hay de todo. Y cada parte arrima las sardinas para su lado. Divididos y debilitados en materia de amor popular.
Pero la MUD, la oposición, también tiene lo suyo. Están los que quieren seguir la vía electoral, los que prefieren concentrarse en próximas contiendas políticas y electorales y no le dan mucha importancia al revocatorio. Están los que le dan prioridad a la partida de nacimiento. Muchos se quedan con una enmienda. Otros prefieren una constituyente. Mucho andan luchando por sus propios intereses y ambiciones. Una buena parte de parlamentarios ahora miden opciones para lanzarse como gobernadores. Una parte prefiere a Leopoldo preso por radical y sospechan que si sale va contra el gobierno, contra la MUD y contra la Asamblea también. Contra todo lo que se mueva. Muchos quieren calle dura, otros marchitas o concentraciones, otros nada de nada.
Como se observa, esto es de locos. Y el país y los venezolanos dando vueltas en este sancocho.
Como verduras y presas.
erojas@eluniversal.com
Twitter: @ejrl