Tengo hace rato guardada esta foto de Iván y sus hijos. Hoy la saqué. Porque necesitamos ver a Iván sonriendo. Feliz. Este venezolano profesional excelente, padre y esposo maravilloso, sufre la perversidad de un capricho demencial de un militarsito fuera de tiempo que se creyó dueño de vidas y bienes después de intentar, fallidamente, asesinar al presidente constitucional y toda su familia.
Simonovis
Los verdaderos asesinos de aquel trágico abril son hoy funcionaros públicos, modelaje obsceno y canalla que ha contaminado al venezolano vulnerable a las limosnas y su misma ignorancia. Hoy, Venezuela, la buena, la que se conmueve con los adolescentes secuestrados, violados, muertos, con las muchachitas que estas hordas primitivas y salvajes manosean a su antojo con ese poder que les dan las armas y los gases para someterlas y golpearlas o violarlas, está pendiente de la respuesta de este régimen inimaginable en cualquier historia.
La MUD exige respuestas. Y entre ellas, la libertad de Iván. De un venezolano de bien. De excelencia profesional en el campo más urgido de transparencia, valor y capacidad, la seguridad del país.

Iván ha visto de lejos y cuando le da la gana al régimen a sus hijos. Las fechas importantes en sus vidas las ha perdido. ¿Cómo se devuelven estos años a los hijos? A Bony? ¿A esos hijos? ¿Cómo lo indemnizan en su dolor, sus angustias, las caricias a los hijos y esposa que se quedan sin dar?
Acosado por la impotencia del maltrato y la injusticia, Iván ha llegado a momentos extremos en su salud. El régimen se deleita en su dolor…”Fue una orden del Comandante infinito”…

Esté pendiente. ¡La sonrisa de Iván nos la merecemos todos!

Isa Dobles

@IsaOropeza

Comentarios de Facebook

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here