Se conoce bien el axioma nazi que dice: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Lamentablemente, y a pesar de los hechos criminales cometidos contra la humanidad por los gerifaltes alemanes, el mundo continúa por el mismo camino de trampas tendidas por las propagandas de las tiranías.
Todo hecho que requiere ser demostrado exige transparencia. Las experiencias que se viven en las democracias donde la libertad permite la difusión de información veraz sobre los acontecimientos ofrecen a la opinión pública la posibilidad de contrastar, y condenar o absolver, a los involucrados en esos eventos.
El empeño del régimen en crear un comité de víctimas de las protestas de 2014 es crear una gran mentira, otra patraña producto de su propaganda. En realidad fueron víctimas de la represión gubernamental que con criminal brutalidad atacó a los manifestantes.
No hay duda de que hubo víctimas en esos sucesos, existen suficientes evidencias y pruebas presentadas a lo largo de estos años.
Víctimas, lamentablemente, de ambos bandos. Nadie lo puede ocultar, nadie lo debe esconder. El asunto no está allí, el problema surge cuando se identifican víctimas y victimarios sin haber realizado una investigación seria, basada en fundamentos de criminología. Al recurrir a la averiguación sustentada por métodos científicos, análisis de circunstancias y testimonios, la mentira quedará desnuda y surgirá la verdad verdadera y no la conclusión axiomática, la propaganda “goebbeliana”, que ha pretendido imponer la tiranía.
Otra vez Puente Llaguno, es la intención. Conclusiones sin averiguaciones, acusaciones infundadas con frases construidas en el aire y difundidas a través de medios controlados. La tramoya del tramposo, repetir el cuento hasta el cansancio y convertir la farsa en libreto pleno de mentiras y fantasías aterradoras. Todo con la intención de tapar, olvidar, maquillar y transformar la verdad verdadera.
El método de la investigación exige una averiguación exhaustiva. Ordena averiguar quién, cuándo y dónde disparó. Identificar el arma, el proyectil… Preguntas elementales que no tienen respuesta porque la verdad no les interesa. Lo que importa es el cuento, ese ardid que se repetirá hasta convertirse en su verdad.
La Asamblea Nacional está obligada a considerar como prioridad el formalizar la juramentación de la Comisión de la Verdad antes de cualquier intento de diálogo entre oposición y oficialismo. No hacerlo podría permitir la impunidad de los culpables y el castigo a inocentes.
Como paso previo a la conciliación en Venezuela se debe hacer justicia, empezar por definir quiénes son víctimas y de quién.
Según el diccionario de la RAE: víctima es una persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra. Esos héroes merecen nuestro reconocimiento y recuerdo.