Una buena oportunidad para el espectáculo ha tenido el Gobierno y la ha aprovechado intensamente. No puede decirse que el montaje haya sido demasiado original, pues es versión criolla de un guión viejo y gastado en demasía, pero sí que el grupo en el poder ha echado la casa por la ventana, no ha escatimado esfuerzos ni recursos de esos que faltan para lo necesario en celebrar esta apoteosis antiimperialista que le ha venido de perlas para lo que más le interesa ahorita, en el corto plazo para el que rebuscan, que es cambiar la conversación. Sacarnos a fuerza de show político de la cotidianidad económica y social que se complica más y más, de una crisis que va inundándonos como río crecido, mientras la propaganda nos repite que es genial movimiento táctico para que todos entrenemos y formemos invencible equipo capaz de conquistar el campeonato mundial de deportes acuáticos. Y, claro, el que diga que nos ahogamos es un saboteador antipatriota.
En la roja superproducción han usado, vergonzosa e inconstitucionalmente, a la Fuerza Armada y con la falta de escrúpulos que ya es habitual, a la movilización de calle. En el reparto se incorporan actores internacionales, unos para las escenas militares y otros para las político-diplomáticas. Soldados y pueblo son extras de una trama donde los protagonistas se desgañitan gritando consignas y asumiendo arrestos temerarios, a sabiendas de que no corren riesgo alguno. Heroísmo sin epopeya, coraje patriótico a precio de rebaja, engaño.
La escena legislativa del libreto cuya musicalización tiene más de son que de joropo y más de “Marchando, vamos hacia un ideal…” que de “Gloria al bravo pueblo”, incluye otra ley habilitante, otra más, cuya iniciativa es, desde luego, una operación propagandística y quiera Dios que no se convierta en más represión política, social, económica y comunicacional, como podría entenderse de la escenificación iracunda que amenaza con vengarse de quienes no han tomado en serio sus poses dramáticas.
Entretanto, las colas para comprar siguen y crecen. Faltan alimentos, medicamentos, productos de higiene personal, repuestos, insumos industriales. Los precios para arriba y la moneda para abajo. Continúa el doloroso éxodo de jóvenes preparados. A nada de eso se refiere el costoso show. Mucho ruido y pocas nueces, decía el refrán. El pueblo lo mira de reojo con aburrimiento y sorna, con razón.
Ramón Guillermo Aveledo
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