Dos días después de que María Corina Machado regresara al país de su viaje a la OEA, Diosdado Cabello anuncia su destitución como diputada a la Asamblea Nacional, claramente arrogándose facultades que no tiene y que solo son explicables en el ejercicio del poder dictatorial.
La señora Machado fue electa con el 82% de la votación de su circuito electoral y de acuerdo a las leyes solo puede ser destituida por referéndum revocatorio, por la asunción de otro cargo, o si ha cometido un delito que lo amerite. La diputada no ha incurrido en ninguno de estos supuestos. De modo que la medida es violatoria del Estado de Derecho y en este sentido constituye un nuevo golpe de Estado. Uno más.
Es de hacer notar que el señor Cabello estaba visiblemente alterado cuando hacía el anuncio el cual aderezó con una buena dosis de insultos contra la dama que lo degradan mucho más a él en su condición de hombre y no hacen sino enaltecer a María Corina Machado. En todo caso, su actitud revela un profundo temor.
¿Pero en qué contexto inmediato tiene lugar este anuncio del capitán Cabello? Contemporáneamente a él el gobierno, que ya enfrenta una profunda crisis por las protestas civiles y la profunda debacle económica, informaba acerca de las nuevas medidas en la economía que incluyen incrementos de precios en productos que en algunos casos alcanza el 200% y una macrodevaluación de la moneda (subasta del SICAD II), la mayor hasta la fecha, a Bs 55 por dólar, lo que equivale a 773% de pérdida acumulada de valor del Bolívar “Fuerte”.
Es posible que la nueva maniobra contra María Corina sea una cortina de humo para nublar el acontecer económico, pero la realidad es que todo venezolano sentirá el terrible impacto que esta monstruosa devaluación tendrá en su calidad de vida la próxima vez que vaya al mercado.
Es cierto que la nueva devaluación era inevitable y había que hacerla, pero también lo es que las circunstancias económicas que la causaron son provocadas por las políticas económicas criminales del régimen.
De manera que estamos ante un gobierno que pretende sostenerse con más de 70% de rechazo popular (y que crece), en medio de una situación económica catastrófica y explosiva, con la chequera vacía, que ya enfrenta protestas populares multitudinarias y diarias. En fin, de un gobierno con un proyecto absolutamente inviable e insostenible.
No en balde el régimen adquirió 80 toneladas de nuevas bombas lacrimógenas.
Leonardo Silva Beauregard
@LeoSilvaBe