Continuando con los planteamientos de ayer, en Venezuela, derecha e izquierda son dos refugios conceptuales que se usan a veces para atacar o defender posturas, pues no existen, ni en su forma teórica pura, ni en distorsiones de mitos urbanos.
La realidad nos redujo a dos categorías:
–El centro, que es democrático, donde coexisten el socialismo y el capitalismo, ambos de mercado yLos extremos, donde se impone el estatismo, usando la democracia como excusa, todo eso bajo el paraguas de un autoritarismo que no reconoce más verdad que la propia; siendo esa verdad, a veces comunista, y a veces fascista, según convenga.
En el centro se cuenta con una caja de herramientas variadas que permiten avanzar y vencer obstáculos y en los extremos solo se crean obstáculos, que para ser vencidos, necesariamente deben crearse otros nuevos.
En Venezuela la acusación de ser de “derecha” es casi insultante y se abusa tanto de ella que todo aquel que esté fuera del paradigma extremo que el chavismo considera propio es colocado en la derecha así se trate de la social democracia, que es el pensamiento más frecuente que se encuentra en la calle, o la democracia cristiana, que lejos de ser la derecha, es la más centrista de las diferentes opciones.
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