Esta semana terminé un nuevo taller intensivo que sentí que sumaría a mi vida en lo personal y profesional y así fue. Por supuesto fue muy corto y quedé con ganas de más. El día final de la presentación la profesora nos filmó para que viéramos nuestro resultado y nos hizo críticas muy constructivas que acepté y que se que debo seguir trabajando en mí, porque es mi responsabilidad avanzar si es lo que deseo en mi día a día.
Salí de las instalaciones y lo primero que hice fue darme un regalo, si, cada vez que doy un paso adelante me regalo algo (un chocolate, un delicioso café, un capricho pendiente), pero esta vez entré en la peluquería a lavarme y secarme el cabello, créanme se siente muy bien.
Y es que hace tiempo me di cuenta que dentro de la crianza de mi hija apliqué premiarla por sus acciones sobresalientes (aunque nunca le exigí que lo fuera, siempre ha sido su decisión) y pensé ¿Por qué no hacerlo conmigo? porque aunque no fui la mejor de la clase, avancé mucho y sumé más conocimiento a mi vida de hoy de la mejor manera y supe hacerlo.
Soy consciente que aún debo trabajar y estudiar para lograr la excelencia, pero no me permití maltratarme por lo que aun no he logrado en ese tema, fui amable conmigo y me dije: “Me felicito por otro paso hacia adelante que di y todo lo que aprendí”.
Pero también es mi responsabilidad superarme a mi misma y buscar ser la mejor versión de mí, crear mi propia personalidad en lo que hago sin dejar de ser quien soy, no tengo que ser otra persona cuando hablo del cambio y menos imitar a otros para no salir de mi zona de confort, somos únicos e irrepetibles y todos tenemos un don, un talento por descubrir, es decir he realizado cambios radicales de adentro hacia afuera en mis creencias, en mi percepción de vida y mi manera de vivir, pero no soy otra ni pretendo serlo, mi esencia es la misma. La semana pasada me encontré a unas hermanas que estudiaron conmigo, a una de ellas tenía años sin verla y me dijo: ¡Claro que te recuerdo, tus ojos y tu mirada son los mismos! Y estamos hablando de muchos años, donde la parte física también presenta cambios, pero los ojos transmiten y dicen la verdad de quien eres, de como estas, y que hay dentro de ti, debemos brillar por medio de ellos, a través de ellos.
Cuando digo me acepto es porque veo todo de mí, lo bueno y no tan bueno, entiendo que soy yo la que debo cambiar cuando lo que atraigo o mi entorno o los patrones familiares que repito no me gustan y asumo la responsabilidad de el cambio y dar el primer paso y que no siempre es fácil, así que te invito a buscar ayuda, mas allá de lecturas (que hay excelentes en el mercado), busca en tu parte espiritual con lo que te identifiques ya sea Coaching, Terapias Holísticas o Sanadoras, etc. Lo importante siempre será empezar, dar el primer paso hacia nuestro crecimiento de conciencia y del encuentro con el amor de tu vida ¡Tú!
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