Una delegación de seis médicos, en representación del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, con sede en Mérida, pidió al gobierno nacional, desde la tribuna de la Asamblea Nacional, que acepte la ayuda humanitaria que desde distintos países se gestiona para traer a Venezuela.

Vestidos con sus batas blancas, los seis portavoces, así como una delegación desde el palco de invitados, llamó la atención del país sobre las precarias condiciones en las que laboran, y que motivó recientemente una huelga de hambre de sus colegas en la capital merideña.

El doctor Cristian Pinto llamó a la reflexión y relató en breves minutos su día a día. “Veo la mirada triste de cada paciente, enfermarse en nuestro país es sinónimo de muerte”, dijo al lamentar que no pueden cumplir con sus obligaciones, por falta de medicamentos, equipos e infraestructura.

“Una tarea que debería ser diáfana y cotidiana se ha vuelto titánica e imposible (…) Nunca sospechamos las condiciones actuales en las que laboramos, donde hacemos lo que podemos y no lo que debemos”, dijo Pinto.

El joven galeno arrancó los aplausos de los diputados cuando señaló: “Dios es venezolano, porque la mayoría de nuestros pacientes sanan a pesar de estas adversidades”, y mencionó las dolencias más comunes que deben atender de manera precaria, como infartados, amputados y convulsionados.

Pinto llamó al Presidente de la República a aceptar la ayuda humanitaria. “Venezuela se está muriendo”, sentenció.

“No permitiremos que un modelo de salud fracasado nos quite las ganas de quedarnos en nuestro país”, añadió el portavoz de los médicos de Mérida, quien dejó claro que no todos se pueden ir del país.

El Nacional

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