Como obispo venezolano tengo que agradecerle al Santo Padre su preocupación por la situación grave que tiene el país, mandando a un representante, para que sea interlocutor de la paz entre el Gobierno y la oposición.
Al expresar este agradecimiento, monseñor Roberto Lückert, obispo de la Diócesis de Coro, indicó que la representación de El Vaticano “va a tener que darse cuenta de que es grave de toda gravedad lo que está pasando en Venezuela: la angustia de la población ante la escasez de alimentos y medicinas, la persecución y el encarcelamiento de los disidentes políticos, la suspensión del referendo revocatorio”.
Inexplicable, continúa, que un organismo autónomo, como es el Consejo Nacional Electoral, que aprueba la recolección de firmas, selecciona las firmas válidas para que el proceso se realice y fija fecha para el revocatorio, de repente la señora Tibisay Lucena, presionada por el Gobierno, echa para atrás el referendo y crea una confusión que genera una protesta nacional.
Pienso, dice, que el revocatorio en este momento es parte de la exigencia del pueblo venezolano ante la grave crisis, especialmente económica, que tiene el país. Esta mañana oí que la inflación estará por encima del 500 por ciento el próximo año.
Hace falta que el Gobierno cambie su modo de ejercer el poder: todo el que protesta es considerado enemigo, lo pone preso y lo recluye en unas pocilgas, donde se atropellan los Derechos Humanos.
Este señor -manifiesta en alusión a Nicolás Maduro, a quien nunca nombró durante la entrevista- que viene de la Santa Sede va a tener que darse cuenta de que él es el responsable de lo que está ocurriendo.
-¿Y usted supone que no lo sabe o es que no tiene sensibilidad?
-El problema del Presidente y los que están en el Gobierno es que temen perder el poder. Lamentablemente, el telón de fondo que tienen en este momento no es Venezuela, sino que les asusta a muchos de ellos ir presos. Sensibilidad no tienen. Ahí hay containers de medicinas en las aduanas, que fueron enviadas a Cáritas y no las dejan sacar. Esos medicamentos son para entregarlos en las parroquias.
-¿Cómo observa la conducta del Presidente cuando acusa a dirigentes de oposición de terroristas y amenaza con encarcelar a diputados, precisamente cuando días antes ha hablado de estar dispuesto al diálogo y se acordó bajar el tono del discurso?
-Es que el discurso del Presidente, Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y Elías Jaua no es para dialogar. Es de exclusión para todos los que disienten de este Gobierno. Y decimos de este Gobierno no por cuestiones políticas, sino por razones humanitarias. Los hospitales no tienen medicinas. Es incontable el número de muertes por falta de tratamiento y en la calle están matando a las personas por un par de zapatos o por cualquier otra cosa de valor. El Gobierno se muestra indolente ante la crisis social.
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