¿Sabes qué hay (además de un televisor) en casi todos los hogares en el mundo?: Un horno de microondas.

Dado que los hornos de microondas son rápidos y fáciles y no ocupan mucho espacio, se utilizan para la preparación de las comidas en el hogar, en la oficina, e incluso en restaurantes. Hasta tu restaurante saludable favorito puede depender de estos dispositivos eléctricos para calentar rápidamente y cocinar los alimentos. Entonces, la pregunta aquí es: ¿Son seguros los hornos de microondas y se puede comer los alimentos cocinados en ellos?

Antes de examinar la ciencia de cómo los alimentos cocinados en el microondas pueden afectar tu química sanguínea y afectar negativamente tu salud, veamos un panorama más amplio, usando el sentido común…

Si lo piensas desde esta perspectiva, el sistema digestivo humano evolucionó a lo largo de decenas de miles de años para digerir los alimentos crudos o cocidos en agua o con calor. Sin embargo, los alimentos cocinados en microondas es un método de cocción totalmente ajeno y desconocido para el sistema digestivo humano.

El sentido común indica que un método de cocción radicalmente diferente va a alterar la química de los alimentos para afectar negativamente nuestra salud.

Ahora, veamos un poco la ciencia…

Analicemos cómo funcionan los hornos de microondas

Las microondas son una parte de todo el espectro electromagnético de energía que incluye las ondas de luz y las de radio. Se propagan a la velocidad de la luz – que es cerca de 186.282 millas por segundo. Entonces, ¿cómo calienta la comida tan rápido ese horno?

Dentro del horno de microondas, hay un “magnetrón”, que es un tubo lleno de electrones. Los electrones en el horno de microondas reaccionan con energía magnética y electrónica y se convierten en micro longitudes de onda. Esta es la radiación que interactúa con las moléculas de los alimentos.

Las moléculas de los alimentos tienen un lado positivo y uno negativo, como un imán tiene una polaridad norte y una sur. Los electrones del magnetrón producen longitudes de onda que reaccionan con las partes positivas y negativas de las moléculas de los alimentos. Las moléculas de los alimentos comienzan a vibrar, hasta varios millones de veces por segundo. Esta “vibración” molecular es lo que crea el calor en la comida.

Esta vibración deforma las moléculas en los alimentos y crea nuevos compuestos radiolíticos antinaturales previamente desconocidos en la naturaleza. Se ha demostrado que estos compuestos extraños en los alimentos cocinados en el microondas dañan la sangre, el sistema digestivo, y nuestro sistema inmunológico.

Los hornos de microondas existen desde hace unos 40 años más o menos, pero hasta ahora, sólo se han realizado un par de estudios científicos sobre ellos.

Investigaciones que demuestran los impactos negativos en la salud de comer alimentos cocinados en el microondas

Exhaustivas investigaciones, sin embargo, se llevaron a cabo en Suiza y en Rusia, en alimentos cocinados en el microondas y sus efectos sobre el cuerpo humano. Ambos estudios concluyeron que cocinar los alimentos en microondas deterioraba significativamente el valor nutritivo de los alimentos, deformaba las moléculas de proteína del alimento, y creaba nuevos compuestos antinaturales. Lo más alarmante, sin embargo, fue que la salud de los sujetos se deterioró por comer alimentos cocinados en el microondas.

Sus hallazgos incluyen:

  • Aumentó la cantidad de glóbulos blancos, (como sucede ante una infección).
  • La hemoglobina de la sangre (el componente muy importante que transporta oxígeno a la sangre) se redujo significativamente después de comer alimentos cocinados en el microondas.
  • El colesterol LDL (colesterol malo) aumentó, y el HDL (el bueno) disminuyó.
  • Aumentaron los agentes carcinogénicos (que provocan cáncer) en los alimentos.
  • Hubo mayor incidencia de cáncer del aparato digestivo.
  • Los científicos rusos consideraron al horno de microondas lo suficientemente peligroso como para prohibir su uso – hasta hace poco.

Cuando los alimentos se cocinan en microondas, tienen:

  • Cantidades significativamente menores de vitaminas B, vitamina C, vitamina E, minerales esenciales y grasas.
  • Proteínas desnaturalizadas y descompuestas.
  • Pérdida de enzimas y fitoquímicos vitales.

 

Los padres nunca deben calentar la leche materna o fórmula en el horno de microondas, no sólo pueden calentar demasiado la leche y quemar al bebé, ¡sino que el microondas destruye los valiosos nutrientes, las enzimas y proteínas vitales para el crecimiento de los bebés!

Y esto es algo realmente aterrador: en 1991, un paciente recibió sangre que se había calentado en un horno de microondas. El paciente murió de una grave reacción anafiláctica a la sangre. ¡El microondas había creado algo totalmente irreconocible por el organismo!

 

 

 

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