La longevidad puede ser cuestión de suerte y de genética, pero lo que está claro es que incorporar buenos hábitos a nuestra rutina es algo que tiene mucho que decir al respecto.

A pesar de que todos sabemos que llevar una vida saludable significa vivir mejor y durante más tiempo, no está de más que repasemos algunos novedosos puntos sobre este tema.

1. Cuida tu alimentación y… ¡Ayuna de vez en cuando!

No solo debemos cuidar nuestra alimentación con objeto de mantener una buena figura, sino que tenemos que hacerlo de manera consciente para mantenernos saludables por dentro y por fuera.

Así, la ingesta calórica diaria que es adecuada para cada uno depende de múltiples factores que deben ser chequeados por un buen profesional.

Por ejemplo, para una persona de 18 años, una dieta de 800 kcal puede considerarse malnutrición pero, sin embargo, la misma cantidad puede resultar excesiva para un anciano de 80.

Por otro lado, cada vez hay más voces que se alzan a favor de un ayuno controlado.

Según numerosos estudios, las personas que siguen una dieta con una restricción de calorías y de proteínas del 20%, tienen menos sobrepreso y obesidad, así como lo que denominan un buen perfil cardiovascular, buenos niveles de azúcar y tensión arterial, menos inflamación y buen porcentaje de lípidos y de colesterol.

No obstante, según explican los expertos en el campo, no todo el mundo está lo suficientemente sano como para ayunar totalmente durante 4 o 5 días. Por ejemplo, la sola ingesta de agua durante unos días puede promover la formación de cálculos biliares.

Así es que, según los estudios realizados, dado que el ayuno estricto puede ser perjudicial para nuestra salud por el fuerte choque que supone para nuestro cuerpo, reeducar nuestra dieta puede ser la solución.

No se trata de dejar de comer durante días. Basta con reducir nuestra ingesta calórica entre un 34-54% durante 4 días en dos meses.

La disminución debe realizarse teniendo en cuenta la cantidad de proteínas, carbohidratos, grasas y micronutrientes que consumimos. Esto reducirá los factores de riesgo y los biomarcadores del envejecimiento, diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer sin efectos secundarios adversos.

2. Mantente físicamente activo

Practicar deporte dos o tres veces por semana puede incrementar hasta 6 años tu esperanza de vida. Según los datos del estudio “Copenhagen City Heart”, el ejercicio moderado como una carrera semanal de una o dos horas preserva parte de nuestro vigor juvenil.

El hecho de realizar deporte previene gran cantidad de patologías de diversa índole, tales como la osteoporosis, la obesidad o los problemas cardiovasculares.

Por esta razón, tienes una buena excusa para incorporar este hábito a tu vida. Deja atrás el sedentarismo, muévete y deja que la vida disfrute más años de ti.

3. Deshazte los malos hábitos

Evita el tabaco, el alcohol, el azúcar en exceso y todo lo que sabemos de sobra que es perjudicial para nuestro organismo. No te tapes los ojos. Que no quieras verlo no significa que tus pulmones no estén carbonizados por el alquitrán, que tu hígado no esté hecho puré ni que tu páncreas no te pida a gritos que pares de comer pasteles.

Pon especial atención en inculcar un estilo de vida saludable a los niños y predica con el ejemplo. Además, si tienes más de 50 años, deberías replantearte muy seriamente eliminar de raíz lo que está pudriendo tu organismo. No solo alargarás tu vida, sino que también dejarás de acortarla.

4. Ríe y cultiva pensamientos positivos

Hay múltiples investigaciones que se reafirman en la idea de que la gente que mantiene una actitud positiva ante la vida y el paso de los años vive más que los que acostumbran a hacer lo contrario.

De hecho, un estudio de la Universidad de Yale encabezado por la doctora Becca Levy encontró que ser una persona positiva incrementa la esperanza de vida en mayor medida que el hecho de no fumar o hacer ejercicio moderado.

De nuevo nos encontramos ante una razón de peso para pensar en positivo y aceptar la vida tal y como viene. Si bien es descorazonador e inquietante que nuestras actitudes negativas tengan un peso tan grande en los años que viviremos, es esperanzador que al trabajar nuestro interior podamos prolongarla más de 7 años.

5. Ejercita tu mente cada día

Tenemos que ejercitar nuestras habilidades mentales cada día. Deja de excusarte en la falta de tiempo, pues leer, hacer crucigramas, montar rompecabezas o escribir puede sumar años a tu vida.

Hazte consciente de que no eres un máquina y reflexiona sobre las cuestiones que te inquietan, te preocupan o te interesan. La actividad mental nos hace capaces y hábiles para enfrentarnos a la vida diaria de manera eficaz, resolviendo problemas y manteniendo un pensamiento joven y vital.

6. Combate el estrés: respira y relájate

No dejes que las prisas te consuman y cuida este punto con especial atención. El hecho de controlar el estrés favorecerá que mantengas el resto de hábitos que venimos comentando.

Así, mantenernos en paz tiene múltiples beneficios psicofisiológicos como la regulación hormonal y el equilibrio metabólico cerebral y físico. Esto, por supuesto, redundará en importantes beneficios para tu salud y en un aumento en tu esperanza de vida.

7. Cuida tu vida emocional

Cuida de tus seres queridos y mantenlos cerca, pues nuestra parte emocional es una de las más importantes para mantenernos por más tiempo en este mundo. Sé constante, consciente y cuidadoso en el trato hacia los demás.

Esto te ayudará a mantenerte física y mentalmente activo, así como a formar parte de una red de apoyo social que desempañará siempre funciones indispensables para tu bienestar.

Si tienes pareja, cuida tu relación con ella, fomenta los intercambios constantes y, por supuesto, no renuncies a tu vida sexual. Este aspecto es especialmente importante, puesto que tendemos a olvidarlo en demasía con el paso de los años. Estimula y explora todas las opciones que tu cuerpo te ofrezca.

8. Duerme lo necesario, exactamente lo necesario

Duerme lo suficiente y procura mantener horarios de sueño regulares. Además, es importante que tu ritmo biológico esté en sintonía con el ritmo de la naturaleza; es decir, duerme por la noche y mantente en vigilia por el día.

Algunos de nosotros necesitamos dormir 8 horas, otros 10 y otros 5; no te preocupes por si es mucho o poco, duerme lo que te haga falta. Este es un hábito realmente revitalizador.

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