Recientemente circuló por la red, la conclusión de unos investigadores brasileños quienes afirman que, resulta muy peligroso para el hombre mantener relaciones sexuales si la mujer se coloca arriba sentada sobre el pene cabalgando el cuerpo masculino que yace acostado de espaldas.

Esta es una sabia conclusión, no porque realmente sea la postura más peligrosa, sino porque encierra enormes riesgos para la integridad sexual masculina. Tenemos que recordar que en esa posición los arcos de movimiento de la pelvis masculina están francamente limitados, es la mujer la que goza de toda la libertad para mover tanto su cuerpo como sus caderas.

El riesgo surge cuando en medio del frenesí sexual, la mujer eleva su cuerpo de tal manera que el pene sale de la cavidad vaginal y al tratar de ser penetrada nuevamente, puede que no lo haga en la dirección correcta ni con los ángulos adecuados, de tal forma que en vez de suceder la penetración, el peso del cuerpo femenino recae sobre el pene erecto propiciando lesiones y sobre todo una muy peligrosa: la fractura del pene.

Recordemos que en los seres humanos, el órgano sexual masculino no posee estructuras óseas ni huesos, como sí sucede en otros mamíferos. Así, cuando se habla de fractura del pene, se hace referencia a la ruptura de la túnica albugínea, que es una capa gruesa que envuelve las estructuras internas del pene. Ésta, al romperse, genera un chasquido que recuerda el sonido de un hueso que se rompe.

Estas fracturas son poco frecuentes, pero muy peligrosas. También pueden suceder por movimientos masturbatorios acelerados y bruscos, sobre todo en hombres con problemas de erección, que apresuran la eyaculación antes de perder la firmeza del pene.

Curiosamente, se ha documentado en ingenuos que -por consejo de sus amigos- han intentado maniobras coitales estrambóticas, como “el tiro del ropero” y otras posiciones irrealizables.

Se citan además, fracturas producidas por guardar rápidamente el pene en erección al suspender súbitamente un acto sexual, así como en aquellos varones que golpean el pene para desvanecer una erección intrusa.

Entre los síntomas característicos figuran, el sonido tipo chasquido justo en el momento de la fractura acompañado por un dolor intenso, seguido de hinchazón y deformidad del miembro; así como la presencia de acúmulos sanguíneos que se observan por debajo de la piel. Es frecuente, además, que el pene se vea doblado hacia el sitio de la fractura.

Este tipo de accidentes son frecuentes en la vida de los amantes. Afortunadamente, rara vez provocan verdaderas fracturas, pero es importante saber que la presencia de estos síntomas debe ser razón para consultar lo antes posible.

Las complicaciones se presentan más en aquellos varones que consultan tardíamente. Entre ellas figuran: deformidad permanente del pene, curvaturas con la erección, dolor con las relaciones sexuales y hasta problemas de erección.

El tratamiento inicial consiste en aplicar hielo, así como la utilización de analgésicos y antiinflamatorios, y siempre es recomendable una valoración médica exhaustiva, porque algunos pacientes ameritarán de una cirugía para reparar la ruptura de la túnica.

Dr. Mauro Fernández
LA PRENSA LIBRE

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